Hace 2 años se anunció la creación en el país de una Policía Técnica Judicial fundamentada en lo dispuesto por el artículo 113 de la Ley Orgánica del Ministerio Público que fue promulgada en el 2011.Esto dio lugar a discusiones y posiciones encontradas que enfrentaron al Ministerio Público, que la favorecía, y a la Policía Nacional, que entendía que la seguridad dominicana podría colapsar con la creación de este órgano nuevo que en teoría le quitaría poder.
Muchos sectores aplaudieron la idea de una Policía Técnica Judicial bajo la dirección de la Procuraduría General de la República con la finalidad de llevar a cabo la labor de investigación de los hechos punibles, dejando a la Policía Nacional fundamentalmente las funciones preventivas.
En la actualidad la Policía Nacional es quien detiene, investiga y a veces hasta “pierde” las pruebas, lo que refuerza la creencia de que se necesita un cuerpo investigativo distinto y más eficiente, que se requiere un mayor rigor en las investigaciones y mayor agilidad para que las mismas se presenten adecuadamente y a tiempo para sustentar acusaciones.
Sin dudas el tema es controversial porque supone un esquema muy distinto al que se ha manejado hasta el momento en el país y un cambio tan radical podría ser contraproducente, pero casos recientes resaltan la pertinencia de abrir nueva vez un debate profundo y objetivo.
No se trata de que se apresure la creación de una PTJ para complacer a quienes la piden, puesto que, aunque muchos de los que seguimos las series televisivas de investigación policial tipo CSI queremos imaginarnos algo parecido en nuestro país, a diferencia de la fuente de inspiración de esas series que es el sistema norteamericano, aquí estamos muy lejos de contar con los recursos técnicos, humanos y monetarios que lo justifiquen.
Se trata al menos de volver a poner sobre el tapete un tema tan fundamental para la persecución del delito y la impartición de justicia como la investigación, de hacer consultas, de analizar ejemplos de países en los que una PTJ funciona a la perfección como Estados Unidos, o países como Panamá y México donde el narcotráfico y la corrupción permearon tanto su policía técnica que se vieron obligados a retornar al modelo anterior.
Ya sea con un organismo nuevo o un fortalecimiento de lo que hay, lo ideal es que se dedique más tiempo y recursos para capacitar bien a los investigadores y para la adquisición de herramientas modernas y efectivas para la investigación.
