Somos un pueblo politizado por necesidad -el Gobierno es el mayor empleador- e institucionalmente débil. Así, la actividad político-partidaria nos compete pasionalmente.
Nada raro si la sazón en más de un hogar dominicano durante la Nochebuena fue puesta, además del cerdo, el moro y los pasteles, por alguna conversación sobre política entre familiares o amigos.
Asomando un año electoral, la cuestión troncal entre contertulios: ¿Quién ganará las elecciones? Si la discusión se acaloró al involucrar seguidores del PLD y el PRD, ojalá no falte un contertulio prudente aconsejando: “Dejen de hablar de política, que estamos en Navidad”. Pudo ocurrir en cualquier casa en plena “tregua”. Del 9 de enero hasta mayo, con política hasta en la sopa.
Claudia Fernández Lerebours
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Periodista
