Políticas y prácticas del MESCyT (III)

En esta ocasión abordamos las políticas para el otorgamiento de becas desde el Ministerio de Educación Superior Ciencia y Tecnología (MESCyT).La actual política de becas del MESCyT es punto de reflexión en varios sentidos. En lo…

En esta ocasión abordamos las políticas para el otorgamiento de becas desde el Ministerio de Educación Superior Ciencia y Tecnología (MESCyT).

La actual política de becas del MESCyT es punto de reflexión en varios sentidos. En lo que se refiere a las becas que se otorgan en universidades nacionales, parecería que la selección de las instituciones responde a criterios que favorecen los bajos costos, a veces en perjuicio de la calidad.

A pesar de las limitaciones de presupuesto, el modelo de implementación da una señal incorrecta a las instituciones de educación superior, pues de esta forma se dificulta la calidad y el desarrollo de las universidades que apuestan por la excelencia.

Por otra parte, las becas en universidades internacionales no necesariamente privilegian áreas que el país necesita, como las ciencias y las ingenierías. De hecho, muchas de estas becas se otorgan para programas que, con muy buena calidad, se ofrecen en el país. Esto implica el pago de costos adicionales innecesarios. En ocasiones, incluso, se envían estudiantes hacia universidades extranjeras -con las que instituciones académicas locales tienen acuerdos de cooperación- a cursar programas que esas mismas universidades ofrecen en el país.

En tal sentido, en el informe que elaboró la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE, 2012) se recomienda al gobierno dominicano “…basarse en su eficaz Sistema Internacional de Becas y ampliar la disponibilidad de éstas para que estudiantes dominicanos realicen estudios de maestría y doctorado en las mejores universidades del mundo asegurando al mismo tiempo una conexión más explícita con los planes nacionales e institucionales para el fortalecimiento de la capacidad institucional”.

Asimismo, recordemos que el Plan Estratégico de Ciencia, Tecnología e Innovación 2008-2018 consigna la meta, muy ambiciosa, de aumentar el número de doctores del país de manera muy considerable (unos 3,000 al término). Se hace impostergable vincular el programa de becas a estas metas nacionales, considerando el costo y el tiempo requerido de inversión para formar doctores.

Tenemos que ser muy eficientes en el buen uso de estas variables.
Finalmente, reconocemos que el Ministerio ha realizado esfuerzos encomiables hacia la definición de políticas e implementación de prácticas promisorias por una mayor aproximación de la Educación Superior dominicana a estándares internacionales de calidad. No obstante, hay oportunidades de mejora importantes; hay temas y procesos que ameritan ser debatidos.

Se requiere que los proyectos e iniciativas tomen en consideración la concepción de la universidad como institución social. Muy acertadamente -a partir de la ley 139-01 y el Plan Decenal- nos preguntamos: ¿qué hacer para que las universidades nacionales sean mejores?, pero al mismo tiempo deberíamos cuestionarnos sobre cómo debe hacerse, para que en el proceso estas instituciones no pierdan sus características esenciales y se conviertan en entes dependientes en exceso de las directrices estatales. l

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