Políticos, deserción y las elecciones de mayo

El vocablo deserción se ha puesto de moda en los predios deportivos de República Dominicana. Tras finalizar la edición 58 de la Serie de Béisbol del Caribe, dos estelares peloteros cubanos (los hermanos Yulieski y Lourdes Gourriel) abandonaron…

El vocablo deserción se ha puesto de moda en los predios deportivos de República Dominicana. Tras finalizar la edición 58 de la Serie de Béisbol del Caribe, dos estelares peloteros cubanos (los hermanos Yulieski y Lourdes Gourriel) abandonaron la delegación de Cuba que participó en el certamen.

Los diarios locales, al dar a conocer la “sorpresiva” noticia, la reseñaron con el vocablo desertores. Porque en realidad, los beisbolistas de Cuba son eso: desertores.

Vayamos ahora, a propósito, al ámbito político. Porque en la política vernácula también la palabra deserción se ha puesto de moda en las últimas semanas. Lo que ha estado ocurriendo, especialmente en medio del proceso electoral, quizás no tenga parangón en la historia política del país.

De repente, dirigentes políticos -muchos de vieja militancia- anunciaron cambios de partidos. Es decir, se han mudado de parcela y al hacerlo han despotricado contra sus antiguos compañeros.

No sólo se trata de directivos y militantes políticos que antes militaron en partidos tradicionales y de oposición al gobierno central. También han cambiado de “casa”, para irse a partidos contrarios a la política del Gobierno central, connotados dirigentes que otrora lanzaban “misiles” contra sus ahora compañeros.

En este artículo no voy a citar a dirigentes políticos que, como por “arte de magia”, proclaman -ya mudados a otras organizaciones políticas- que “ahora estamos aquí, donde teníamos que estar para luchar por el bienestar de la patria, de las grandes mayorías nacionales”. ¡ah los políticos tránsfugas! Pero ya nadie se sorprende cuando se producen anuncios de cambios de parcelas políticas.

¿Por qué ya no hay sorpresas? Porque la deserción política en este terruño caribeño, ya forma parte del folclor nacional.

El quince de mayo serán realizadas las elecciones para escoger las nuevas autoridades del país. Habrá en las boletas más de 4,000 candidatos que aspiran a la Presidencia y Vicepresidencia de la República; senadores, diputados, alcaldes y regidores. Pero donde está centrada la atención del votante es en la candidatura presidencial. Y hay dos claros candidatos que aspiran a ser favorecidos con el voto del pueblo: Danilo Medina y Luis Abinader.

Medina, candidato a la jefatura del Estado por el Partido de la Liberación Dominicana (PLD), va en busca de la reelección, en tanto que Abinader, aspirante presidencial por el Partido Revolucionario Moderno (PRM), novato en estas lides electorales, quiere dar “la sorpresa”.

Los desertores, sin importar a cuáles organizaciones pertenecían, ¿serán determinantes en lo que se registre en las elecciones generales del 15 de mayo?

Ojalá este singular fenómeno -que lo marca el transfuguismo- sea analizado por los politólogos y que la conclusión, después de sus evaluaciones, dé al traste con lo que al final de la jornada electoral va a conocer la sociedad dominicana.
Pero pase lo que pase, en las elecciones nacionales, los desertores políticos (¡todos!), deben recibir la repulsa de la gente decente y sensata de este país.

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