El pollo de Nochebuena

El encarecimiento del pollo durante estos días de fin de año se ha atribuido a un acaparamiento. Se señala a los intermediarios. Pero estos apuntan hacia los productores que hicieron reservas convenientes en sus frigoríficos.El precio…

El encarecimiento del pollo durante estos días de fin de año se ha atribuido a un acaparamiento. Se señala a los intermediarios. Pero estos apuntan hacia los productores que hicieron reservas convenientes en sus frigoríficos.

El precio del pollo escaló en ocasiones hasta 70 pesos la libra. Normalmente estaría igualado al precio de la carne de cerdo, también de considerable demanda en estos tiempos. Pero el cerdo igual se disparó, hasta 90 pesos. Aunque los productores de cerdo suelen prepararse para el período. Sin embargo, el pollo tiene mayor demanda.

De todas formas, el aumento de estos días sirve para hacer algunos comentarios. ¿Están el gobierno y sus agencias en posibilidad de propiciar junto a los productores una estrategia de producción para un período de alta demanda como el fin de año?

¿Qué factores deben considerar? Están los habituales consumidores de esta carne y su demanda anual acrecentada en el período y está la demanda agregada producto del derroche festivo, los cientos de miles de visitantes de origen dominicano, la demanda hotelera y el mercado haitiano, con todo y bloqueo.

Asimismo, si la economía creció, y 400 mil dominicanos ingresaron a la fuerza laboral durante el período, ¿no se supone que teníamos mucho más personas en capacidad de aumentar el consumo?

A todo eso habría que agregar la cantidad de pollos que los políticos y el gobierno regalan en la época.

Si no hubo una mínima previsión, era inevitable que la oferta se quedara por debajo de una potencial demanda imprevista. Obviamente hubo pollo siempre, pero las probabilidades de que el consumo creciera más allá de lo habitual tiene algún sentido.

Todo ello, pese a que con las restricciones impuestas por el mercado haitiano, algunos productores dominicanos parecían desconcertados, sin percatarse de que aparentemente ha habido una expansión del consumo de pollo que siempre será más competitivo que el cerdo y el pavo, que ya es un extraño en la mesa navideña dominicana.

En pocas palabras, lo que pretendemos es sugerir que productores y planeadores públicos deben considerar estrategias más asertivas, porque cómo explicar que el plato fundamental de Nochebuena para la mayoría se torne escaso o muy caro.

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