Por los nuevayores está encendido el chisme político entre los perredeístas motivado en que no aceptaron la inscripción como precandidato a diputado de ultramar por la circunscripción número 1 de Manuel Lebrón, respaldado por el Movimiento Amigos de Candelier. Dicen por allá en la urbe que Lebrón llenó todos los requisitos para aspirar a la nominación y que envió la documentación correspondiente con el exjefe policial Pedro de Jesús Candelier, hoy uno de los más activos promotores de la candidatura presidencial de Hipólito Mejía.
Se especula que Pedro no habría entregado la documentación por los canales institucionales correspondientes, y ahora se estaría echando la cuaba de su exclusión al diputado Rafael –Fiquito- Vázquez, jefe de la Comisión perredeísta para la diáspora y uno de los hombres de confianza de Miguel Vargas Maldonado.
Hay quienes dicen “puallá” que Fiquito ha proclamado que no permitirá la inscripción de Lebrón bajo el argumento de que no es perredeísta, pero aseguran que la realidad es que se quiere favorecer al precandidato Kuki Medrano, de New Jersey. Mientras, se acerca el día para la selección del candidato y la controversia aumenta. Ya veremos…
Literatura y política
Lo que aumenta entre literatos es la temperatura en la medida en que se acerca la fecha del anuncio del(os) ganador(es) del Premio Nacional de Literatura. Ayer recibí la llamada de mi amigo, el poeta Tony Raful, quien me expresó que sólo buscó comunicarse conmigo para reiterarme que “nunca he ligado la literatura con la política” y que si ha sido un fajador cultural lo ha hecho sin ánimo de procurar galardones ni reconocimientos, aunque si estos llegan siempre son bien recibidos.
Ya antes, alguien me había observado que Raful no solamente ha cultivado la poesía sino que también le ha dado al ensayo y a otros géneros literarios, lo que no restaría méritos a que fuera el ganador del codiciado premio, pese a su militancia político-partidaria. ¡Venga gente, venga pueblo..!
