Por nuestros patricios

Este Mes de la Patria, cuando celebramos el 172 aniversario de nuestra Independencia Nacional, es una fecha propicia para recapacitar sobre el destino de nuestra nación, y meditar sobre el comportamiento de los hombres y mujeres responsables de conducirl

Este Mes de la Patria, cuando celebramos el 172 aniversario de nuestra Independencia Nacional, es una fecha propicia para recapacitar sobre el destino de nuestra nación, y meditar sobre el comportamiento de los hombres y mujeres responsables de conducirla por un camino de luces y desarrollo compartido.

Esta fecha debe ser aprovechada para reencontrarnos con nuestros principios, y rescatar los valores e ideales que inspiraron a nuestros padres de la patria a luchar por la libertad y el bienestar del pueblo dominicano.

Sin pedir nada a cambio, sin condicionar su lucha ni su arrojo incuestionable, nuestros patricios supieron dar incluso sus vidas para salvaguardar el derecho que hoy tenemos de poder decidir nuestro destino por cuenta propia, sin que nadie nos imponga reglas ni directrices ajenas al interés nacional.

Por nuestros patricios podemos gritar a todo pulmón que somos un Estado independiente, soberano, con ciudadanos y ciudadanas responsables y en la mejor disposición de darlo todo para el mejor provecho de nuestra nación.
Esta fecha en que celebramos nuestra libertad plena y el fortalecimiento de nuestra democracia, encuentra a la familia dominicana con grandes retos que afrontar.

Grandes proyectos esperan para ser concretizados por nuestros tomadores de decisiones. Los dominicanos han sabido esperar pacientes, enfrentando toda clase de adversidades, en aras de alcanzar condiciones de vida realmente aceptables para un pueblo que ha sabido luchar para conseguir este cometido.

En la víspera del 172 aniversario de nuestra Independencia Nacional, ocurrida el 27 de febrero de 1844, no podemos ceder ni un paso en nuestro objetivo de exhibir un sentimiento nacionalista vivo, ferviente y sin desmayo, hasta lograr que en cada rincón de nuestra amada patria haya sonrisas de bienestar y prosperidad.

Solo así podremos ser más orgullosos del legado de ser un pueblo soberano, pero también justo, como lo quiso Juan Pablo Duarte y sus fieles compañeros de batalla, Francisco del Rosario Sánchez y Matías Ramón Mella.

Me declaro patriota y amante apasionada de esta tierra, y consecuentemente comprometida con los más sanos intereses de esta patria forjada por Duarte. Por esto, entiendo que este Mes de la Patria es buen tiempo para recapacitar en torno a lo que fuimos, somos y aspiramos ser como Estado-nación.

Pienso que, igual que como lo quiso nuestro patricio, esta media isla es merecedora de mejor suerte; que debemos trabajar de forma incansable, sin perder de vista a las futuras generaciones, y plenamente conscientes del sacrificio que implica tan ingente tarea.

Y qué mejor manera de hacerlo que poniendo en alto el nombre de nuestra patria, de sus hombres y mujeres que en distintas etapas de nuestra historia republicana ofrendaron incluso sus vidas para mantener firme e invariable el ideal duartiano.

República Dominicana siempre ha sabido levantarse. En múltiples ocasiones hemos vencido las amenazas que se ciernen sobre Quisqueya la bella. Hemos sabido mantener viva la mayor aspiración de más de diez millones de ciudadanos que habitan esta nación, que es ser próspera y mantener su capacidad de decidir su propia suerte.

Aprovechemos este Mes de la Patria para rescatar los valores e ideales que llevaron a Duarte, a Sánchez y a Mella a darlo todo por el bienestar de nuestro pueblo.

Hagamos un ejercicio concienzudo y actuemos ceñidos al pensamiento duartiano de trabajar “por y para la patria, que es trabajar para nuestros hijos y para nosotros mismos”.

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