Posibles porqués de su ausencia

Quienes dan seguimiento a la problemática del sector eléctrico se mostraron sorprendidos cuando el Presidente Medina, al presentar el pasado 27 de febrero la estrategia para alcanzar la sostenibilidad financiera del sector, no mencionó la renegociació

Quienes dan seguimiento a la problemática del sector eléctrico se mostraron sorprendidos cuando el Presidente Medina, al presentar el pasado 27 de febrero la estrategia para alcanzar la sostenibilidad financiera del sector, no mencionó la renegociación de los contratos con los generadores ni el rezago de la tarifa eléctrica.

Sobre la renegociación de los contratos, una posible explicación es que los técnicos oficiales, al evaluar el costo-beneficio de la renegociación, quizás descubrieron que una renegociación generalizada de contratos podría validar el refrán popular para valorar decisiones incorrectas: “más cara salió la sal que el chivo”.

Cuando se examinan las estadísticas eléctricas oficiales, observamos que durante el período 2010-2012 las EDES  compraron entre el 88% y el 92%  su energía en el mercado de contratos y entre 8% y 12% en el mercado de ocasión (spot), un resultado parecido al de Panamá donde sus EDES compraron el 94% bajo contratos en el 2012,  Nicaragua 91% (2011), Guatemala 88% (2012) y El Salvador 73% (2012).

Lo que sí llama la atención es la diferencia de los precios promedios pagados por nuestras EDES cuando compran en el mercado de contratos y en el mercado spot. En los últimos tres años el precio promedio pagado en las compras bajo contrato ha sido entre 33% y 36% más bajo que el precio pagado en el spot.

¿Qué significa renegociar la terminación anticipada de un contrato que vencería en el 2016? El generador argumentará que la terminación anticipada le producirá una pérdida de beneficios establecidos en el contrato. 

La CDEEE y las EDES, se sentarían a negociar una compensación para mitigar la pérdida que “sufriría” el generador al ser obligado a emigrar desde un mercado de contratos seguro, a un mercado spot en el cual no sabe si podrá vender energía.  Digamos que se acuerda una compensación económica razonable.

El generador emigra al mercado spot.  Asumamos que este generador vendía a un precio de US¢17 el kWh a las EDES bajo el contrato que tenía. Aterriza en el mercado spot y descubre que allí las EDES pagan US¢25, ya que el precio que se liquida para determinar el pago a los generadores que incursionan en ese mercado, lo fija el generador más ineficiente en ser autorizado a encender su planta.  El nuevo participante, que antes vendía a US¢17 bajo contrato, luego de cobrar su compensación, está muy feliz pues ahora vende la misma energía a US¢25. 

¿Qué implica el ejemplo anterior? Que sólo  la renegociación de los contratos con generadores que obligan a las EDES y a la CDEEE a comprar energía a un precio superior al precio en el mercado spot, podría tener sentido económico.

Dado que la tarifa promedio en el 2012 bajo contratos fue de US¢16.78 el kWh, es obvio que hay contratos que les permiten a las EDES y a la CDEEE comprar energía por debajo y por encima de ese precio, y claro, por debajo de los US¢25 del spot.

Por ejemplo, ¿hace sentido para las EDES o la CDEEE terminar anticipadamente un contrato de compra de energía con AES (gas-NYMEX) a US¢6.25 el kWh para que esta empresa emigre al mercado spot y pueda entonces vender a US¢25 en ese mercado?

Hay que ser muy cuidadoso con el tema de los contratos con los generadores. El déficit de las EDES no es hoy mayor porque éstas compran el 90% de su energía en un mercado de contratos que en promedio vende 33% más barato que el mercado spot.  Sólo los contratos con AES (gas-NYMEX y carbón) generan un ahorro anual de US$500 millones a las EDES.

El otro ausente en el discurso fue la tarifa eléctrica. La realidad es que la tarifa no ha sido reajustada en los últimos años para compensar por el alza de los precios de los derivados del petróleo.  El rezago a final del 2012 era superior a US¢10 por kWh. No es cierto que nuestra tarifa es la más alta de la región. En el Caribe el promedio es  US¢41 el kWh, el doble de la nuestra.

En Puerto Rico, Nicaragua, Guatemala y El Salvador es también más alta. La verdad es que mientras más pospongamos el ajuste -que podría hacerse gradualmente-,  hundiremos aún más a las EDES estatales, y sus déficit operativos serán mayores.  En el 2005, las EDES vendieron con un margen de US¢8 por kWh y su déficit fue de US$385 millones. No es por casualidad que forzándolas ahora a operar con un margen de US¢2.6, su déficit sea cercano a US$918 millones. Simple aritmética.

Luego del discurso del Presidente, las encuestas mostraron un respaldo superior al 90%, una aprobación sin precedentes. El Presidente, con su discurso, logró llevar su capital político a la estratosfera.

Si abordaba el tema de la tarifa, quizás no habría subido tanto. El capital político, sin embargo, se acumula para ser invertido en políticas y reformas necesarias que podrían resultar dolorosas y costosas políticamente en el corto plazo, pero muy saludables para cerrar agujeros financieros, que como eléctrico, podrían erosionar la capacidad futura del Gobierno para atender las reales necesidades de la Nación.  l

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