Es acertado enfocarnos en aspectos positivos de nuestras vidas y agradecer por ellos. Pero un exceso de esto puede distorsionar la visión, inducir resignación hasta retraernos de perseguir cosas que queremos.
Si yo me hubiera mantenido apegada a lo favorable de mi anterior residencia, no me hubiera mudado a la presente, cambio que me ha significado mayores ventajas. Muchas personas se abstienen de alcanzar motivaciones bajo aquella clase de premisa. Se aferran a la idea de que “más vale pájaro en mano que cien volando”; lo positivo de una circunstancia los disuade de buscar esa que intuyen o visualizan como mejor estado. Corresponde ser positivos y agradecidos de Dios sin conformismos que estanquen nuestra plena realización. l