La noticia de la lamentable muerte del ciudadano haitiano Egnear Charle llegó a los medios de comunicación el pasado lunes, bien temprano. Como ocurre en estos casos, esta primera versión llegó incompleta, imprecisa, e incluso inflada. Algunos decían que se habían encontrado dos personas muertas en un local del PRD. Se hablaba de homicidio. La versión se difundió durante casi toda la mañana. Cuando periodistas acudieron al lugar e investigaron el hecho, pudieron constatar que no se trataba de dos muertos, sino de uno. Que no era homicidio, sino muerte natural, y que no se trataba de un local del PRD, sino un movimiento de apoyo. El hecho, lamentable, sirve además para ilustrar la situación, también triste, que está viviendo el principal partido de oposición en estos momentos. No apareció ningún vocero oficial ni organismo alguno que aclarara la versión propagada. Un reflejo de qué tan mal se encuentra el partido blanco debido a sus problemas internos y su falta de cohesión. Y lo peor es que no se vislumbra salida, al menos por ahora.
Y sigue hundiéndose
La situación en el PRD es crítica, porque en situaciones como la narrada anteriormente, faltan voceros, pero en otras ocasiones, sobran. Con los temas nacionales, como la reforma fiscal, por ejemplo. Cada líder asume postura, por separado. Pueden coincidir en sus planteamientos, como en este caso, pero se expresa cada quien por su lado. Miguel Vargas lo hace como presidente del partido e Hipólito Mejía en su condición de jefe de grupo, el mayoritario, hasta prueba en contrario. Luis Abinader, el emergente, intenta sacar cabeza entre ambos, y quizás por eso luce más decidido y firme. Incluso apoyó, de forma presencial, lo que ayer se denominó como “Martes de luto”.
¿Amanecerá?
Las fórmulas unitarias se agotan y los problemas parecen profundizarse. Incluso, se nota una suerte de resignación a que existan dos PRD, y hasta tres. Dicen que nunca es más oscuro que cuando va a amanecer, pero en este caso la noche se ha hecho larga para los perrredeístas. Muy larga…
