El presidente del PRD pide prevenir sucesos desagradables

El presidente del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), Miguel Vargas Maldonado, envió una carta al presidente Danilo Medina.

El presidente del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), Miguel Vargas Maldonado, envió una carta al presidente Danilo Medina.En la misiva le solicita al mandatario que vele por el orden público y los derechos de los miembros del Comité Ejecutivo Nacional perredeísta a reunirse sin perjuicio de su vida e integridad física.

Vargas deplora, en su comunicación del día 9 de julio, que “al frente de las hordas vandálicas que atacaron a los miembros del CEN y asaltaran la Casa Nacional, estuvieran militares activos y retirados”.

A continuación la carta:

Distinguido Sr. Presidente Medina;

Después de extenderle un cálido y fraternal saludo, con expresión sincera de mis afectos y reconocimiento personal, me permito comunicarle de manera formal la próxima celebración de la reunión del Comité Ejecutivo Nacional (CEN), del  Partido Revolucionario Dominicano (PRD).

La información fuera sencillamente una participación más al ciudadano, al político y al amigo, si no tuviéramos que aludir, por antecedentes indeseables e indeseados, a la figura del jefe del Estado, quien entre otras delicadas atribuciones y responsabilidades debe ser garante de la democracia que nos ha costado tanto, y de la que el PRD es pionero y actor principalísimo. Y usted como mandatario, centinela de la paz y el orden público, valores indispensables para la vida en sociedad y para la prosperidad de la República.

Huelga aquí decirle, en función del respeto que merece su delicado tiempo, la memoria de los desagradables incidentes y agresiones vandálicas de que fuimos objeto como partido, en una reunión similar el 27 de enero del presente año, cuando turbas desaprensivas fueron azuzadas al atropello, a pesar de las previsiones que tomaron las fuerzas del orden público. Pero más grave aún fue la participación al frente de estas hordas vandálicas, de militares activos y retirados, con armas de guerra y otros pertrechos, bajo la mirada aquiescente de las autoridades.

Estoy convencido, conocedor de sus valores cívicos, ciudadanos y democráticos, que detrás de cualquier permisividad inexcusable, no hay propósitos o manipulaciones de tipo político partidario. Renegamos de cualquier tipo de intromisión de las autoridades y personas ajenas a nuestra organización en los asuntos internos y de los procesos de nuestro partido, pero a lo que no podemos renunciar es al concurso de las instituciones del orden gubernamental, para garantizar no solo la paz y la tranquilidad de la familia nacional, sino también de salvaguardar la integridad física  y las valiosas vidas de todos y cada uno de los perredeístas, así como de la propiedad pública y privada.

Esperamos de su celo como presidente de la República para custodiar los mismos valores que usted defiende de manera consuetudinaria, en esta ocasión haciéndolo sin parcialidades, sin intromisiones, únicamente como centinela de una democracia que no puede estar a expensas del chantaje, ni las amenazas de ningún grupo o facción.

Los medios de comunicación están llenos de amenazas de personas que no pertenecen a nuestro partido o que perteneciendo al mismo, no han purgado en sus acciones los despropósitos que niegan la convivencia democrática. Nos permitimos anexar a la presente, para los fines y requerimientos de la ley, estos llamados y anuncios disociadores.

Estas amenazas no sólo son contra las instituciones del PRD y sus autoridades legítimas, son también un reto al Estado mismo, al régimen de derecho, a la paz pública, al orden ciudadano y sobre todo al sistema, a la sensatez, a la democracia dominicana, que ya no puede estar a expensas de los pretendidos caudillos que rememoran la montonera, a los que no podemos celebrarles ni permitirles sus desmanes y sus despropósitos.

Demandamos entonces, su atención y disposición a prevenir la reedición de sucesos desagradables, que si bien constituyen un espectáculo de muy mal gusto, que lesionan la imagen de nuestro partido frente a la sociedad, no es menos cierto que desfiguran también el prestigio bien ganado de su propio gobierno, que, en todo caso, debe velar por un Estado normativo eficaz y por la integridad de todos y cada uno de los dominicanos.

Sin la menor duda de que seremos objeto de la atención y del fino trato que siempre nos ha dispensado, le saluda,
Muy atenta y deferentemente,

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