¿Cómo es que el gobierno va a hacer para aportar los US$100 millones que debe comprometer en el Presupuesto de 2014 para facilitar el desembolso de los US$249.5 millones otorgados por el Banco Nacional de Desarrollo del Brasil (BNDES) para la construcción de la presa de Monte Grande?
Estamos persuadidos de que el presidente Danilo Medina valora esa obra, no como sueño de los suroestanos, sino porque él, más que ninguna otra persona, conoce su importancia. Y porque no tiene manera de permitir que su realización se postergue en el tiempo y no sea terminada durante su gestión.
Medina conoce la importancia de Monte Grande, no porque le hayan dicho, o lo haya estudiado, sino porque presenció una de las más devastadoras inundaciones generadas por el río Yaque del Sur en 1998, al paso del huracán Georges. Como secretario de la Presidencia, acudió ante el desastre en el valle de Neiba.
Durante el viaje averiguó qué se podía hacer para regular las aguas del Yaque del Sur y recibió respuesta del entonces director del INDRHI, Frank Rodríguez, que lo acompañaba junto al hoy consultor jurídico, que lo era también entonces, César Pina Toribio, y ordenó un descenso del helicóptero en que viajaba justo en el lugar identificado como adecuado para levantar la infraestructura que regularía las aguas, en la comunidad de Monte Grande. Y dijo: Esto hay que resolverlo.
No hace tiempo, el presidente Medina explicó que en 2013 no habría importantes desembolsos para la obra y aseguró que en enero de 2014 el proyecto arrancaría en firme, y haría lo necesario para consignar la partida adecuada en el Presupuesto.
Veinticinco senadores suscribieron este martes una carta solidaria con la región Enriquillo, en la que piden que el Presidente incluya los US$100 millones para facilitar el desembolso del financiamiento.
Confiamos que el Presidente lo hará.
