¿Presupuesto apretado?

Navidad es una época para celebrar, disfrutar, compartir y también para…consumir. Decimos que, en sentido general, “los chelitos” no dan para muc­­­­ho, pero si a eso le sumamos la mala administración que…

Navidad es una época para celebrar, disfrutar, compartir y también para…consumir. Decimos que, en sentido general, “los chelitos” no dan para muc­­­­ho, pero si a eso le sumamos la mala administración que hacemos de ellos en diciembre, no cabe duda que rendirán mucho menos. Pero no tiene que se  así necesariamente. Es posible mantener el equilibrio entre el disfrute y la austeridad. Entérate cómo.

En sitio seguro. Cuando reciba el dinero extra que usted espera este mes, por favor, no lo lleve todo a la casa. La experiencia indica que el dinero que se lleva al hogar se gasta; se malgasta.

Piense en “la vaca flaca”.  En épocas de abundancia o de “vaca gorda”, lo que se recomienda hacer es duplicar los ahorros, no duplicar el consumo. Es decir, si usted tiene el hábito de ahorrar, digamos el 10% de su salario cada mes, entonces con el dinero extra, en vez de ahorrar el 10%, ahorre el 20%. La razón de esto es muy sencilla: después de todo período de abundancia viene el de escasez o “vaca flaca”. Es así como enero resulta ser el mes más largo del año.

Controle sus impulsos. Mentalícese para gastar sólo lo que le quedó, después de haber sacado lo que destinó al ahorro.

Estrenar sin comprar. Revise de manera consciente cuáles son sus verdaderas necesidades. Es probable que usted piense, por ejemplo, que necesita comprar alguna ropa nueva, pero se ha comprobado que si revisa bien su clóset descubrirá que aún tiene ropa con la etiqueta puesta, es decir, que no la ha estrenado. Con un poco de creatividad podrá tener varias opciones de vestimenta sin la necesidad de gastar un solo centavo.

Regalos. Si tiene que realizar algún regalo revise a ver qué cosas tiene en su casa que no ha usado y que muy bien podría utilizar para esa ocasión. Muchas veces realizamos compras para aprovechar algún especial, que en el fondo resulta no serlo, y ahí lo tenemos todavía en casa sin haberlo sacado ni siquiera de la funda. Usted no tiene que decir cómo ni cuándo lo adquirió, simplemente preséntese con su regalo y listo.

Sea inteligente. Somos sumisos a la cultura del placer inmediato, es decir, a  querer las cosas de inmediato. Eso nos puede llevar a tener que pagar un precio muy alto por un producto que luego con calma podemos conseguir más barato. No olvide que el comercio sabe que la gente dispone de dinero y que lo va a gastar en lo que sea y como sea.

Si usted se controla un poquito se dará cuenta de que un mes más tarde conseguirá un precio mucho más barato por lo que desea. 

En boca cerrada…  Es importante que sea prudente y no de información acerca del dinero que recibirá. Tenga presente que siempre habrá quien estará dispuesto a “buscarle oficio” a su dinero. No significa que no comparta y que no sea generoso, pero de los “vivos” hay que cuidarse, ya que no les tiembla el pulso para derrochar lo que no les costó nada. No hable de más.

Sea cuidadoso.

“Piense que así como hay tiempos de abundancia, hay tiempos de crisis”.

Muchos andan buscando su “Navidad”.  Sería muy triste que usted salga con mucho dinero a la calle y que algún delincuente le dé un “palo” que lo deje sin nada arriba. Sea cauteloso, procure no llevar grandes cantidades de efectivo.

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