Un presupuesto mejorable

El proyecto de presupuesto 2016 deja una vez más mucho que desear. Hace ya 20 años que del 100% de lo contemplado, se va consumiendo un porcentaje creciente en el pago de deudas e intereses, impidiendo que más recursos sean destinados a capítulos&#823

El proyecto de presupuesto 2016 deja una vez más mucho que desear. Hace ya 20 años que del 100% de lo contemplado, se va consumiendo un porcentaje creciente en el pago de deudas e intereses, impidiendo que más recursos sean destinados a capítulos sensibles como salud, seguridad y empleo, todas grandes preocupaciones de la ciudadanía.

El proyecto de presupuesto es deficitario, agravado por los préstamos para el próximo año, los cuales superarán los RD$189 mil millones de pesos, según anuncio el ministro de Hacienda. De ese monto contemplado en el presupuesto, 73 mil millones serán para distintas partidas, y los 116 mil millones restantes, para pagar una deuda sin fondo.

Aunque es cierto que el actual déficit fiscal de 2.3% del PIB, está lejos del 6.6% que se produjo en el 2012, no es menos cierto que las previsiones no son del todo favorables para el 2016, año que estará marcado por elecciones generales, la incertidumbre por el valor del oro que exportamos y los vaivenes del turismo, principales ingresos de nuestra economía. Hoy el Estado tiene un ingreso promedio del 14.1% del PIB, pero al mismo tiempo gasta un 17.5% del PIB.

Expertos como Ronald Arce, del INCAE Business School, en una visita que hizo para explicar el informe de competitividad del Foro Económico Mundial, afirmó que la deuda como tal no es del todo negativa si se trata de pagar inversiones en salud, educación o empleo. Lo lamentable de nuestro caso es que la deuda sea para amortizar un hoyo fiscal sin fondo, una nómina pública abultada en la que ya está casi en un millón de personas, y en cubrir los gastos de partidas superfluas o de oficinas con funciones que ya cumplen otras instituciones.

El premio Nobel de Economía Paul Krugman, en su charla de este mes en Sans Soucí, expresó que había que tener mucho cuidado con las deudas y la capacidad de cada país para sostenerlas.

A pesar de que educación recibirá un 4% del PIB, sectores como salud seguirán con un bajo presupuesto (2% del PIB). A esto se suma que no habrá aumento de salarios para los empleados públicos y cuerpos militares y policiales, una trampa para cualquier expectativa de la reforma policial que está cerca de ser aprobada.

Si hace 10 años los intereses de la deuda externa eran de 11 mil millones al año, hoy superan los 75 mil millones de pesos. El Banco Mundial advierte que aunque la economía crece, es preocupante que casi el 50% del PIB esté ya comprometido en deuda.

De nuestro lado, creemos en la construcción de obras públicas con recursos de inversionistas (las PP), pagar deudas con recursos públicos propios con el diferencial del petróleo, tener una nómina pública pequeña y eficiente, dejando que el sector privado sea el que cree la mayor cantidad de puestos formales de trabajo. Somos partidarios de reducir la informalidad y de bajar los impuestos para incentivar la inversión. Finalmente, creemos en una inversión de capital sustancial y en la reducción del subsidio al sector eléctrico, todo sobre la base de una necesaria Ley de Responsabilidad Fiscal que garantice orden y transparencia de las finanzas públicas y que permita gastar priorizando exclusivamente donde se debe.

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