La mejor ganancia en el tratamiento al ACV es evitar el ataque. Hay dos medidas básicas para lograr la prevención: conocer y modificar los factores de riesgo que predisponen al Accidente Vascular Cerebral (ACV) y obedecer las señales de alarma que dispara nuestro cuerpo para advertirnos la perturbación que se está originando en el cerebro.
Ya les hemos explicado los distintos factores de riesgo, entre ellos el enemigo silencioso, de potenciales riesgos que es la alta presión arterial que tiene una alarmante prevalencia en nuestra población, y es realmente, una fábrica de ataques cerebrales. Mantenga este enemigo bajo control, lo mismo que el tabaco. No fume, el 25% de los ACV son atribuidos al tabaquismo.
Mantenga su peso corporal controlado y adopte medidas para la prevención de la diabetes y la enfermedad coronaria. La práctica regular del ejercicio físico debe ser un compromiso innegociable.
Los dolores de cabeza intensos y frecuentes, sin una clara explicación, especialmente en adolescentes y jóvenes, sobre todo si tienen antecedentes de ACV o aneurisma cerebral en la familia, deben ser sometidos a un examen exhaustivo para descartar la presencia de aneurisma cerebral y evitar la hemorragia cerebral por su eventual ruptura.
Mantenga una alimentación y un estilo de vida saludables. No abuse del alcohol. En materia de prevención la palabra clave es la “moderación”.
El 14% de los que tienen ACV tienen el riesgo a repetirlo dentro del año. Hay que mantener la guardia permanente en el control de los factores de riesgo, y seguir fielmente las recomendaciones médicas.
Héctor E. Mateo es médico cardiólogo
