Proceso de habilitación docente (1 de 2)

En los últimos dos años hemos observado un significativo proceso de migración de profesionales egresados de otras carreras, al mundo laboral educativo. Un fenómeno interesante, si pensamos que, otrora, ser docente no era una opción digna para…

En los últimos dos años hemos observado un significativo proceso de migración de profesionales egresados de otras carreras, al mundo laboral educativo. Un fenómeno interesante, si pensamos que, otrora, ser docente no era una opción digna para una buena parte de los graduados de las universidades dominicanas.
En este momento histórico de la educación en el país, nos encontramos en las aulas con jóvenes doctores en medicina impartiendo Ciencias de la Naturaleza , ingenieros civiles impartiendo Matemática, por solo citar algunos ejemplos. Después de una mirada a la realidad social dominicana y diálogos informales con estos jóvenes, el hecho parece estar vinculado al índice de desempleo que registra el país, versus los esfuerzos recientes de la sociedad y el propio Estado de dignificar la labor docente, y mejorar indicadores que se asocian con la calidad de un sistema educativo. Además de la estabilidad laboral que representa insertarse en el sistema educativo dominicano, los salarios han ido ajustándose a niveles más competitivos con relación a otros sectores profesionales; asimismo, la oferta de empleo en educación ha aumentado considerablemente, y muchas nuevas plazas de trabajo se han generado, fruto del compromiso constitucional con el acceso de todos los niños al sistema y la política de Tanda Extendida que se implementa escalonadamente desde el 2012.

El Ministerio de Educación de la República Dominicana tiene normado un proceso de Certificación en Habilitación docente, mediante la ordenanza No. 3’2001, a desarrollarse a nivel de educación superior, que posibilita que profesionales que trabajan en los niveles Primario y Secundario, sin haber recibido una formación sistemática para la realización de una actividad docente, puedan adquirir una formación “pedagógica básica y fundamental, a fin de que estos docentes manejen las herramientas conceptuales y metodológicas que les permitan comprender el proceso de enseñanza-aprendizaje, su planificación, desarrollo y evaluación para contribuir al mejoramiento de la calidad de la educación dominicana”. Es importante destacar, que se reconoce en este proceso la formación inicial obtenida por estos profesionales, en la ciencia y en las humanidades en general y/o especializada. La Ordenanza establece que es deber del Ministerio proveer la certificación a través del Instituto Nacional de Formación y Capacitación del Magisterio (Inafocam).

En la segunda parte de este artículo, seguiremos explicando el proceso, su ruta y beneficios, de cara a motivar la inserción de más jóvenes profesionales valiosos al sistema educativo.

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