A los observadores les ha llamado la atención las características que toman las manifestaciones de reclamos comunitarios. Como que se le está echando algo de gasolina.
En buen dominicano, un golpe de ají montesino. Parece que tiros y sangre son elementos necesarios. Pero obviamente, es un juego peligroso. Las protestas ciudadanas llevadas a este plano pueden convertirse en protestas políticas.
Concuerdan con el tono que va tomando la campaña. Si es una mera coincidencia, bueno, la gente se ha vuelto más que levantisca, violenta. Si es lo otro, en medio de un proceso como el que vemos, pueden cosecharse resultados inesperados. Mientras, la Policía debe cuidarse de no dejarse llevar al escenario necesario. Pierde.