Providencial

Envidioso del discípulo, que le superaba, Ghirlandaio, maestro de pintura de Miguel Ángel, buscó deshacerse de él asignándolo a un amigo escultor que buscaba aprendices. Sucedió que esa “sacá de pie” resultó la vía para ese gran genio…

Envidioso del discípulo, que le superaba, Ghirlandaio, maestro de pintura de Miguel Ángel, buscó deshacerse de él asignándolo a un amigo escultor que buscaba aprendices. Sucedió que esa “sacá de pie” resultó la vía para ese gran genio del Renacimiento llegar al seno de los Medici, la poderosa familia noble florentina que fue su mecenas. Una acción mal intencionada fraguó el futuro del prodigioso adolescente. Si aplicamos la correcta perspectiva, veremos similar espejo repetido en nuestras vidas: Personas que nos hirieron, al fin de cuenta nos hicieron bien, a partir de la experiencia aprendida. Valorando esa dimensión, concluiremos que fueron instrumentos providenciales para conducirnos a nuevas etapas de madurez y entereza. Agradeceremos por ellas.

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