Puntos comunes facilitarían firma de “pacto fiscal”

El presidente electo y el sector privado tienen una agenda fiscal con puntos comunes aunque con definiciones diferentes, situación que puede favorecer el “Pacto Fiscal” que el nuevo gobierno busca lograr.

El presidente electo y el sector privado tienen una agenda fiscal con puntos comunes aunque con definiciones diferentes, situación que puede favorecer el “Pacto Fiscal” que el nuevo gobierno busca lograr.Mientras el sector privado, a través de sus principales instancias—Consejo Nacional de la Empresa Privada, Asociación de Industrias de la República Dominicana, Asociación Nacional de Jóvenes Empresarios, Organización Nacional de Empresas Comerciales y la Cámara Americana de Comercio, entre otras—sugiere una reforma fiscal integral, donde la calidad y control del gasto son los aspectos centrales, el presidente electo Danilo Medina, en el programa de gobierno que presentó en las pasadas elecciones, habla de “implementar un régimen legal de reglas fiscales que limiten el gasto público para cumplir fielmente las metas de superávit primario que sean coherentes con las metas de deuda de mediano y largo plazo”.

También promete “eliminar el gasto público superfluo o innecesario, para mejorar la capacidad de financiar con recursos internos la mayor parte de las obras y programas del Gobierno y reducir así el nivel de la deuda”. La plataforma programática de Medina no está divorciada de los planteamientos de fondo que hace el sector privado sobre el tema fiscal.

Sendero privado

El enfoque del Conep va dirigido a que se realice en el país una “reforma fiscal integral” que motorice desarrollo  del sector productivo”, argumentando que el país está lleno de una cantidad de impuestos distorsionantes que hacen que no seamos competitivos”.

La orientación del contenido de la posición del Conep se  centra en que  el modelo económico de la República Dominicana está agotado y que se requiere de una reforma integral cuyo norte sea la competitividad de los sectores productivos.

El presidente del Conep, Manuel Díez Cabral, ha planteado que “hay que poner a los sectores productivos como el eje de un nuevo modelo económico”, y que es necesario aprovechar la estabilidad macroeconómica que vive el país, que es uno de los nuevos logros del actual gobierno, y “reinvertarnos”.

En sentido general, el sistema impositivo dominicano genera muchas sugerencias y comentarios. Una de ellas la hizo el Centro Regional de Estrategias Económicas Sostenibles (CREES), una entidad privada de estudios, creada por un grupo de líderes empresariales y dirigida por el economista Ernesto Selman. De acuerdo con esta agrupación, el país tiene un sistema impositivo complejo que desincentiva actividades fundamentales como el ahorro, consumo, producción e inversión,e incentiva la evasión fiscal y economía informal.

Los pronunciamientos sobre el tema fiscal provenientes de las autoridades electas y de los dirigentes empresariales sugieren que hay en ambos lados un interés manifiesto de consensuar.

El empresario Antonio Isa Conde, expresidente de la Asociación de Empresas Industriales de Herrera y un estrecho colaborador del presidente electo, desde el equipo técnico y del sector externo, reiteró el domingo que el licenciado Danilo Medina quiere un pacto fiscal ahora, en el período de transición, acuerdo que será enfocado en las áreas de Educación y electricidad.

 El mensaje fiscal del presidente electo es consistente en el aspecto de coordinación. El programa de Gobierno destaca que se establecerá una estrecha colaboración entre la política fiscal y la monetaria, “con base en las metas de inflación del Banco Central, para generar crecimiento económico con estabilidad de precios”.

También prevé “priorizar el gasto público social en aquellas comunidades de menores ingresos e integrar una visión territorial y participativa al diseñar el presupuesto, enfatizando la inversión y el monitoreo de los resultados de cada comunidad”.

Otro mecanismo descrito en el programa del presidente electo habla de “ampliar la utilización de facilidades fiscales y financieras para el uso de fuentes de energía renovable”, y enfatiza en “concertar un pacto social orientado a unificar voluntades de todos los agentes del sistema y la ciudadanía para rescatar el sector eléctrico”.

Aunque el deseo expresado por el presidente electo se circunscribe a un pacto fiscal para el tema eléctrico y la educación, por la postura asumida por el sector privado se interpreta que puede extenderse al área fiscal completa.

El año pasado, previo al inicio del período electoral, el presidente del Conep dijo que el candidato que ganara las elecciones tendría que sentarse a discutir una reforma fiscal integral, y que esperaba que eso se logre y que no sea algo al vapor o a la carrera. Esperaba, que fuera un tema  consensuado, ampliamente debatido y analizado.

Empresarios quieren reforma de dos vías

La postura asumida por el sector privado exigiendo una reforma fiscal integral está fundamentada en la exigencia de los empresarios de que el Gobierno racionalice el gasto, eliminando erogaciones que consideran superfluas. El término fiscal abarca ingresos y gastos.

Tradicionalmente, las reformas han sido tributarias, que son las que  tocan sólo la parte de los ingresos, casi siempre aumentándolos. Por eso, los  empresarios piden abarcar el gasto.

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