Que la compra en el súper no sea tu pesadilla

Lo difícil de dar tips con respecto al supermercado y/o mercado es que primero es un organismo vivo, los precios varían y lo hacen por muchas circunstancias (escasez, problema en los gremios, impuestos a ciertos productos y a otros no, etc.); y…

Lo difícil de dar tips con respecto al supermercado y/o mercado es que primero es un organismo vivo, los precios varían y lo hacen por muchas circunstancias (escasez, problema en los gremios, impuestos a ciertos productos y a otros no, etc.); y segundo, la comida es una necesidad, tienes que comprarla para vivir. Así que tomando en cuenta estos dos puntos, te ofrezco los consejos más congruentes y reales para que ir al súper no sea una pesadilla y para que tampoco tengas que abandonar algunas de las cosas que te gusta comprar.

1. Haz una lista.

Parece sentido común pero la escaza cantidad de listas que veo en el supermercado en estos días (ni siquiera en los celulares), me hace pensar que éste hábito ha disminuido. ¿Por qué enlistar lo que necesitas? Pues no comprarás cosas que innecesarias (porque las tienes en la despensa) y te limitará cualquier impulso que esté fuera de la lista.

2. Átate a ese listado.

Para que la lista funcione compra únicamente lo que aparece en ella. Si la haces y no la utilizas es como si elaboras un presupuesto y no lo respetas. Es decir, estás perdiendo tiempo y posiblemente perdiendo la esperanza.

3. Divide tus compras en categorías: Carnes, pescados, vegetales, abarrotes, limpieza, misceláneo, etc. Luego, toma nota de cuál es en la que más gastas y por qué. Si te conviene, aprovecha los días de oferta en la categoría que más usas.

4. Convierte tu lista en un presupuesto.

¿Cómo? Sencillo. Ahora tienes precios (o por lo menos los de esta vez), así que lo que ahora es un presupuesto que te puede decir cuánto gastas realmente, el monto en cada categoría y si puedes bajar o te hace falta subir en alguna de estas. También, compara siempre tu gasto de compras en el súper con tu gasto cuando comes fuera de casa; puedes reducir tu gasto mensual enormemente comiendo más en casa.

5. ¿Convienen los días de oferta?

Siempre le digo a todos: “Con los números haz tu tarea”. Así que esta respuesta sólo la puedes descubrir tú mismo con tu gasto en particular. Sin embargo, para los que les interesa una opinión me atrevería a decir que conviene solamente en la categoría que más consumes. Por ejemplo, si las carnes son del 40% al 60% de tu gasto de compra, es muy posible que sí te convenga. ¿Por qué no conviene por debajo de ahí? Porque debes de calcular dos costos que quizá no tomas en cuenta al momento de ahorrar en especiales: El costo del transporte (si vas dos o tres veces por semana, en vez de una vez a la quincena o al mes) y el costo de tu tiempo.

6. Compara tu presupuesto. He experimentado con mi propia compra que hay supermercados más costosos que otros, que el mercado es más barato y que debes tener mucho cuidado con el colmado. Pero esto sólo se aprende experimentado, así que haz tú la prueba y compara tu presupuesto de un súper a otro, del súper al mercado, y de un mes a otro en el mismo establecimiento, y analiza las diferencias en el gasto. Esto te arrojará inmediatamente información que puede afectar tu bolsillo.

7. Consume lo que has comprado.

Haz un esfuerzo extra por acabar tus compras. No hagas como mucha gente, que desde que se acaba un producto de la despensa va corriendo al súper de nuevo. Ponerte creativo, puede ahorrarte más de lo que te imaginas, y además te ayuda a que no pierdas dinero con productos o comida que se te dañó en tus manos.

8. Resiste la tentación. Experimenta a ver qué tiempo te dura la compra. Lo ideal sería ir al súper sólo una vez al mes. Si te das cuenta de que tienes que ir de nuevo a rellenar, por ejemplo a comprar queso, jamón y pan, quizá lo que tienes que hacer es subir la cantidad que compras inicialmente. Recuerda que mientras más veces vas, más terminas comprando. Es difícil resistirse si ya estás ahí.

9. Si utilizas el colmado para rellenar, establece un presupuesto límite.

• Los precios del colmado son superiores a los del supermercado.

• Tanto la facilidad (que te lo lleven a tu casa sin salir, cariñosamente delivery) como el crédito (apúntame eso ahí, te lo pago los 15 y los 30) cuesta dinero que terminas pagando tú, aunque no lo sepas.

• Los colmados no son bancos, algo tienen que ganar por venderte a crédito.

10. Utiliza las compras de almacenes en cantidad.

Si eres socia/o de uno de los almacenes de venta de productos masivos al por mayor del país, es posible que te ahorres algo de dinero al comprar algunos artículos o gran parte de tu compra allí. Recuerda que aquí estarás adquiriendo grandes cantidades, así que opta por productos que no se dañen rápido, como los de limpieza. También recuerda comparar tu compra normal con la de estos almacenes, de este modo comprobarás si vale la pena hacerlo o si es sólo una percepción que en tu caso no aplica. 

Entérate de los consejos del coach financiero Félix De la Rosa @coachfelixdelarosa 

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