Desde hace mucho tiempo, en la metodología educativa se tiene como uno de sus componentes comprobar lo que se afirma. Una frase de Santos Tomás de Aquino resume ese componente: “Hasta no ver, no creer”. Posiblemente sea la mejor forma de demostrar lo que se enseña. De ahí que la educación no es emoción ni sentimientos, es ciencia.
La educación es ciencia, porque 2 más 2 es cuatro y no más ni menos. Cuando recibí educación básica la escuela era hostosiana debido a que la religión no era parte de la currícula, puesto que es sentimiento, emocionalidad y fe; no ciencia.
Luego vino el Concordato y se colocó como materia “Religión”. Nunca nuestra promoción de párvulos entendió aquello, no solo porque era una sola religión la que se empezaba a enseñar, sino porque ese era un tema del hogar y la iglesia, extra curricular.
Cuando compañeros hacen saber de un hecho o situación les cuestiono: ¿”tú estabas ahí, lo viste?”.
Para explicar con un hecho esto que afirmo, he citado una anécdota real que protagonizó un amigo, excelente profesional de la medicina. Éste ejercía la profesión con mucho éxito, en un consultorio de clínica privada permanentemente llena de pacientes.
Bueno pues, el amigo decidió irse del país, pasó a vender sus bienes (sus derechos sobre el consultorio, su casa, sus vehículos y muebles) no inscribió sus hijos en el colegio y distribuyó sus pacientes a médicos amigos, entre los que consideró buenos profesionales.
Su decisión era irse a un país desarrollado de Europa. Cuando fue a solicitar el visado le fue negado y con frustración buscó irse a Cánada, pero también fracasó porque se le negó; debía de llenar requisitos que en ese momento no tenía y hubo de posponer su salida por más de dos años. Finalmente, pudo irse a territorio norteamericano, aunque sin poder ejercer allí la profesión de médico.
Ese es un claro ejemplo de una parte de nuestra cultura. Nos dicen: (como ocurrió harán tres o cuatro años atrás), “está entrando el mar”, y nos mandamos a los sitios más elevados. Nos dicen: “Juan Marichal lanzó anoche y le ganó a Boston, dejándolo sin hit”, y le agregamos algo para hacer ver que vimos ese juego sin ser cierto. Ahora, el PLD está gobernando, y se nos decía que los partidos se desgastan en el poder; no ha sido así; parece que podríamos ganar otra vez en 2016. Nuestros adversarios saben que tenemos varios compañeros a ser propuestos como candidato presidencial. El más ducho, experimentado y probado es Leonel. Soy de los que entiende que con él se gana y podríamos pasar a un proceso nuevo, donde la economía y la lucha contra la desigualdad sean predominantes.
Los adversarios quieren a Danilo, justamente porque tiene un impedimento constitucional. Más aún, el compañero Ventura Camejo solicita que la reelección sea discutida en el Comité Político y, claro, en el Partido. Bien, supongamos que discutimos y decidimos reformar la Constitución; ¿aceptará Danilo ser repostulado?, ¿qué opinará sobre eso el país?, ¿lograremos reunir los votos en el Congreso?, ¿qué harán nuestros adversarios que ahora claman por Danilo? La política es ciencia y arte. ¿Es que no hemos comprobado de que a quien quieren nuestros adversarios sacar del poder es al PLD? l
