Aunque ninguna encuesta nos dice por qué vota la gente, se pueden ahorrar el “yo haré”, “me comprometo” y “cuentas conmigo”, con las mismas cursilerías de cada cuatro años, los populistas abrazos a viejas desdentadas y los paseos paternalistas con algarabía infantil. Aunque los encuestadores no lo pregunten, lo seguro es que los votantes saben, en medio de este carnaval, que en cuatro años ninguno sanará a la patria de cualquiera de sus tristes rezagos.
Lo que no está en las encuestas
Aunque ninguna encuesta nos dice por qué vota la gente, se pueden ahorrar el “yo haré”, “me comprometo” y “cuentas…