La semana pasada, en esta misma columna, escribí que la pelea que en noviembre van a protagonizar Miguel Cotto y Saúl -Canelo- Álvarez terminará por nocaut.
Fui específico: El combate no llegará al límite de los 12 asaltos. ¡Porque habrá un ganador antes del décimo round!
Fanáticos me preguntan que por qué soy tan categórico al afirmar que el resultado del pleito será nocaut.
Ustedes saben que nunca ando con rodeos, no soy dubitativo cuando de exponer mis ideas se trata.
He sostenido en mi dilatada carrera, que el periodista debe ser -siempre- objetivo y actuar como un ente de informador veraz y orientador.
El boxeo es un deporte muy complejo. Sí, complejo porque a veces en el cuadrilátero no gana el mejor. Un boxeador mediocre, en ocasiones, da la sorpresa y se alza con la victoria ante su rival más capacitado. Esto ha ocurrido cientos de veces.
Se da como un hecho que Cotto y Canelo Álvarez van a contender en la arena del emblemático hotel MGM de Las Vegas, Nevada.
Al momento de escribir estas líneas había sido descartada la ciudad de Nueva York, con su mítico Madison Square Garden, para montar el combate en el que estará en juego el campeonato del peso mediano.
Sólo faltaban algunos detalles para hacer el anuncio oficial de la pelea que organizará la compañía Golden Boy Promotions.
