¿Quiénes escriben las páginas de los diarios en este tiempo?

La estructura de las salas de redacción de los ocho periódicos que procesan la información que se genera diariamente en el campo político, económico y social del país, está compuesta por un elevado número de mujeres, que poco a poco han ido…

La estructura de las salas de redacción de los ocho periódicos que procesan la información que se genera diariamente en el campo político, económico y social del país, está compuesta por un elevado número de mujeres, que poco a poco han ido insertándose en el quehacer periodístico, cuya mayoría descansaba hasta hace poco en los hombres.

El creciente interés de las mujeres por el periodismo se evidencia en las Escuelas de Comunicación Social de las distintas universidades que imparten la carrera. En 2010, de un total de 7,127 estudiantes matriculados, 5,625 eran mujeres y apenas 1,502 hombres, según recoge el Libro Blanco del Periodismo Dominicano, editado por la Fundación Global Democracia y Desarrollo (Funglode).

Una reciente investigación elaborada por el jefe de Redacción de Teleantillas y profesor de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM), Adalberto Grullón, con auspicio de la UNESCO, en la que se analiza el panorama mediático del país, reflejó que de 229 reporteros de periódicos, 130 son hombres y 99 mujeres. Mientras que, en la televisión la participación femenina alcanza un 56%.

A pesar de estos significativos avances en materia de género, la paridad no se manifiesta en la pirámide de mando y los salarios que ganan las periodistas. Basta hacer un pequeño análisis en la composición de las manchetas, para advertir que por cada cinco o seis hombres que trazan la línea editorial de la prensa escrita, sólo una mujer ocupa una posición relevante.

El gratuito Diario Libre, con Inés Aizpún, y La Información de Santiago, con Ingrid González, son los únicos diarios que en este momento delegan los cargos de subdirección en mujeres; mientras que en Listín Diario y Hoy, María Isabel Soldevila y Marien Aristy Capitán, se desempeñan como jefas de redacción de sus respectivos medios.

En tanto, la dirigencia de las versiones digitales del Listín Diario y elCaribe recae sobre Alicia Estévez y Sandra Guzmán, respectivamente. Mientras que, la veterana Margarita Cordero, Premio Nacional de Periodismo 2015, funge como directora del digital 7 Días.

Geografías de género

La jefa de Redacción del Listín Diario, María Isabel Soldevila, única mujer que integra la mesa editorial donde se deciden los contenidos que conforman la portada de ese rotativo, advierte que en una sociedad donde todavía los roles de género son tan parciales y la mujer desempeña una doble jornada (profesional y familiar), a veces se presenta una dicotomía entre avanzar una carrera profesional tan absorbente como el periodismo o hacer familia, “y uno ve cómo se va a veces postergando el desarrollo profesional para desarrollar la familia, o viceversa”.

La también directora de la Cátedra UNESCO de Comunicación de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM), añade que los “micro machismos” o pequeñas manifestaciones casi imperceptibles del machismo, que ejercen de manera casi inconsciente, hombres y mujeres, no escapa a las salas de redacción, donde existe una especie de geografía de género que delimita qué tareas deben hacer cada género.

Así, aquellas secciones consideradas “light”, como la moda, sociales y espectáculos son adjudicadas de forma casi automática a mujeres, mientras que en las más “serias”, los hombres mantienen la hegemonía.

“Para protegernos, entre comillas, nos asignan cosas que sean menos peligrosas por llamarlo de alguna manera como manera de ser más caballerosos y protegernos, en vez de vernos como iguales. Yo no creo que eso se haga de manera consciente, eso forma parte de la concepción de lo que tenemos muy dentro de lo que debe ser un hombre y lo que debe ser una mujer y que se refleja también en cualquier área profesional. No sólo en el periodismo”, apunta.

Redacción se rejuvenece

Además de la significativa participación de la mujer en las salas de redacción, se nota una interesante convivencia entre un grupo de veteranos que han escrito con sus plumas importantes episodios del acontecer noticioso del país, junto a la sangre nueva que muchos jóvenes redactores están inyectando a los periódicos, y en cuyos hombros descansará el relevo generacional.

El subdirector de elCaribe, Héctor Linares, con una trayectoria periodística de más 40 años de experiencia y quien ha laborado en importantes medios del país, considera que los jóvenes tienen una amplitud de conocimientos y más actualización gracias a las nuevas tecnologías, sin embargo, deplora que gracias a ese señor llamado Google, el “copy paste” (copiar y pegar) esté a golpe de un click. “Fácilmente a cualquiera le meten gato por liebre por ahí”, advierte.

Migración hacia RRPP y ministerios

La incursión de más jóvenes a los periódicos, es atribuida a los recortes que han sufrido los medios a lo largo de estos años, pero también a la migración de muchos profesionales consagrados hacia las relaciones públicas o la comunicación institucional, según piensa Soldevila, quien añade que con ello se pierden los beneficios asociados a la experiencia. No obstante, cree que cada generación aporta algo diferente al periódico y lo enriquece.

Salarios atentan contra calidad y ética profesional

La precariedad salarial que golpea a los trabajadores dominicanos también pega con fuerza a la clase periodística, que en su mayoría recibe un sueldo mensual que oscila entre RD$15 y 25 mil, lo que a juicio de Adalberto Grullón, se convierte en un obstáculo serio para el ejercicio de la expresión y difusión del pensamiento y acceso a la información. Aunque afirma que en ningún país el periodismo es bien pagado, María Isabel Soldevila considera que en el caso específico de República Dominicana ha habido un retroceso importante en los últimos 20 años. Entiende que con los “salarios de miseria” que ganan los periodistas es poco lo que se puede exigir en cuanto a la de calidad de los trabajos. Sin embargo, enfatiza que esto no es excusa para transigir con los principios éticos que deben regir el ejercicio profesional,  “que no se tome esto de excusa para vender la pluma, eso no es aceptable”. 

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