¿Quiénes paran eso?

Hemos visto con algún dejo de asombro, aunque la verdad es que ya pocas cosas sorprenden en el país, cómo la comunidad de Maimón, en la costa atlántica, en la provincia de Puerto Plata, se ha levantado para defender su territorio de lo que entiende 

Hemos visto con algún dejo de asombro, aunque la verdad es que ya pocas cosas sorprenden en el país, cómo la comunidad de Maimón, en la costa atlántica, en la provincia de Puerto Plata, se ha levantado para defender su territorio de lo que entiende  como la voracidad del municipio cabecera. Un escenario nuevo en el proceso de descuartizamiento de la geografía política de la República.

No imaginamos cómo se leerán esas noticias en otras latitudes, más allá de la isla de Santo Domingo. Pero el hecho es que refleja cómo el ejercicio del poder irresponsable en los últimos 50 años en materia de política territorial se ha constituido en una cuestión de gobernabilidad.

Que un grupo de comunitarios gestionaran la elevación de categoría de su pueblo parecía una cuestión normal, y hasta loable, que el progreso material local fuese premiado con un ascenso de jerarquía dentro de la división política territorial. Pero hemos llegado a un nivel en que eso se ha convertido en un relajo, en un juego de intereses que en nada conviene a las instituciones de la Nación, y sobre todo, al manejo del gasto.

Retorcer la geografía para incorporarse territorios en una provincia en desmedro de determinados municipios o distritos municipales es una barbaridad. La República tiene 31 provincias y un Distrito Nacional, que en realidad es otra provincia. Y las 32 demarcaciones provinciales tienen 155 municipios y 288 distritos municipales. Afortunadamente, hace nueve años que no se crea una nueva provincia, sin embargo, hemos visto cómo se han multiplicado los municipios y distritos. Asistimos a una fragmentación del territorio con un componente asociado al incremento de una burocracia municipal con el consiguiente reparto de las recaudaciones en atención a conveniencias políticas y personales.

Lo del distrito municipal de Maimón, dentro del polo turístico de la Costa Norte, debe llamar la atención del gobierno nacional. No puede ser solamente materia de liderazgos locales envueltos en una guerra de grandes y pequeños intereses. ¿Quiénes paran eso?

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