La mayoría de la sociedad está clamando porque se baje el tono verbal en la campaña entre los principales políticos por temor a que esto degenere en enfrentamientos físicos y haya muertes, como es una tradición en los proseletismos políticos previo a las elecciones.
Si cada militante político, seguidor o votante piensa si tiene sentido arriesgar su vida brutalmente en enfrentamientos para que luego unos dirigentes políticos que no se acordarán de ellos ni de su familia se enriquezcan, quizá no haya muerte.
Ojalá cada votante piense si tiene sentido ser carne de cañón. El votante debe pensar más en sus familiares. Si cada quien hace eso no habría muertos en campaña.
