La ingeniería y los ingenieros dominicanos están de luto. La muerte del ingeniero Rafael Corominas Pepín les priva de un ícono, un referente, un maestro de la ingeniería civil.Los aportes que hizo a su profesión durante su dilatada y productiva carrera, lo convirtieron en un activo nacional. También tuvo importantes contribuciones en el aspecto urbanístico de su ciudad natal, Santiago, y a la creación de empresas de larga tradición como la Clínica Corominas y Seguros Pepín. Fue secretario de Obras Públicas del 1978 al 1982.
Como docente fue profesor de las universidades Autónoma de Santo Domingo, Católica Madre y Maestra e Intec. Desde el ángulo gremialista, fue presidente del Colegio Dominicano de Ingenieros, Arquitectos y Agrimensores (Codia) y fundador y mentor de la Sociedad Dominicana de Ingeniería Sísmica, desde la cual y a través de estudios, charlas y conferencias promovió y empujó la aprobación del reglamento de diseño sísmico de estructuras.
El ingeniero Corominas Pepín contrajo matrimonio con Ofelia Quezada (fallecida), con la que procreó a Mayra Consuelo, Luis Rafael, Rosa María, Máximo José y Pedro Miguel.
La sociedad agradecida llora su muerte. Solidaridad para sus familiares y que descanse en paz.
La forma y el fondo de la PN
Por lo visto la Policía Nacional tiene problemas de fondo y de forma. Un informe rendido por Participación Ciudadana da cuenta de las precariedades que tienen destacamentos del Corredor Duarte y 18 barrios de la zona Norte del Distrito Nacional.
Documentado con fotos que muestran “mobiliario” y locales inservibles, el informe refleja sencillamente un estado de deterioro que no puede ser peor. No hay forma de que un ciudadano acuda a un recinto de esos en busca de seguridad, salga esperanzado de que el motivo de su visita valió la pena. Es inseguridad lo que proyectan esos lugares. Un valor agregado negativo, que se suma a la imagen adversa que de por sí arrastra la Policía.
Y esos locales no son los únicos. Hay, de los localizados en pueblos del interior, en peores condiciones.
