La actuación diligente y efectiva del presidente Danilo Medina y sus principales funcionarios para ir en ayuda de las personas y comunidades afectadas por las lluvias dejadas por la tormenta tropical Isaac, es una muestra del interés que siente el mandatario por el bienestar de la gente. Previamente, el presidente se había reunido con los representantes de los organismos de socorro del país y fue determinante al expresar: “no quiero que se pierdan vidas por negligencia”.
Tan pronto se enteró de los efectos causados por las lluvias y las crecidas de los ríos, principalmente en la región suroeste del país, el presidente Medina tomó un helicóptero y se presentó personalmente a contactar la situación y a impartir instrucciones para resolver de inmediato, aunque fuera en forma temporal, los problemas de incomunicación de diversas poblaciones del sur.
Danilo Medina no esperó a que le llevaran un informe detallado de los daños a su amplio despacho del Palacio Nacional. No se detuvo a analizar si tiene o no disponibilidad de recursos en las arcas del Estado para llevar soluciones a la población afectada; parece que todo lo hizo en la marcha y en “manga de camisa”, como se dice tradicionalmente, se puso al frente de los trabajos de recuperación.
De esta forma, el jefe del Estado ha sido coherente con su llamado a la nación en el discurso de toma de posesión el 16 de agosto: “Manos a la obra”, una frase que parece será el slogan de su gestión de cuatro años de gobierno.
Esperamos que los funcionarios del gobierno peledeísta, del nuevo gobierno que recién se inicia, se adapten y acojan el estilo pragmático del presidente Medina, de actuar con rapidez para dar respuestas a los problemas de la nación, no sólo en situaciones de emergencia, sino en todos los proyectos que han de desarrollarse para colocar a la República Dominicana en el camino del progreso y en la superación de males tan perjudiciales como la pobreza y el desempleo.
