Decenas de ciudadanos nacidos en el país de padres haitianos protestaron ayer nuevamente frente al Palacio Nacional, para recordarle al presidente Danilo Medina sus principales demandas.Con sombrillas y prendas negras, los manifestantes se ubicaron en la explanada de las oficinas gubernamentales de la avenida México y reiteraron su petición de que sea derogada la resolución 12-07 de la Junta Central Electoral (JCE), mediante la cual -aseguraron- les han “arrebatado” sus documentos de identidad.
“Señor presidente Danilo Medina no cierre los ojos ante la injusticia de la Junta Central Electoral, auxílienos, libérenos de las manos del faraón”, rezaba una de las pancartas que portaba uno de los manifestantes, pertenecientes al movimiento “Reconoci.do” que agrupa a los afectados por la resolución del 2007.
Los protestantes saludaron la rendición de cuentas que hizo el presidente de la JCE, Roberto Rosario, ante el Senado y la Cámara de Diputados, sin embargo, explicaron que Rosario “mintió” al decir que son alrededor de cuatro mil casos los que maneja la institución. Reiteraron que se trata de aproximadamente 22 mil dominicanos de ascendencia haitiana a los que se trata de desnacionalizar.
Pidieron la destitución del cargo del titular de la JCE, por considerar que tiene “un gobierno paralelo y unipersonal” desde la institución que dirige.
“Son más de 22 mil personas que sí tienen nombres y rostros, pero que el presidente de la Junta les tiene la vida suspendida. Él miente”, afirmó Ana María Belique, una de las voceras del grupo.
Belique recordó que el mes pasado fueron recibidos por el viceministro de la Presidencia, Henry Molina, quien se solidarizó con su causa y les prometió dar curso a sus demandas. Empero, apuntó que hasta el momento no han recibido respuesta alguna por parte del Poder Ejecutivo.
Oraciones, canciones y consignas en dos horas
Bajo un sol radiante y durante aproximadamente dos horas los manifestantes permanecieron frente a la casa de Gobierno. Vociferaron consignas, entonaron canciones, realizaron una jornada de oración por la pronta solución del problema y, además, repartieron volantes, en los que explicaban sus demandas, a los peatones y conductores de las vías circundantes.
