Reconocimiento a la arquitecta Mercedes Conde Pausas de Isa

Con mucho pesar he visto en la prensa nacional la noticia del fallecimiento de la arquitecta Mercedes Conde Pausas de Isa (Doña Chelito). Esta…

Con mucho pesar he visto en la prensa nacional la noticia del fallecimiento de la arquitecta Mercedes Conde Pausas de Isa (Doña Chelito). Esta situación tan lamentable me hace recordar el privilegio que tuve en laborar junto a esa distinguida dama en la sección de diseños de la Secretaría de Estado de Obras Públicas, desde el año 1958 hasta el 1960. A partir de esa fecha empecé a trabajar en la sección de puentes de la misma Secretaría (hoy Ministerio) hasta fines del año 1962.

El personal técnico que componía dicha sección estaba integrado por una pléya de jóvenes profesionales tanto del género masculino como del género femenino. De este último género debi destacar a tres damas con ribetes versallescos; me refiero a doña Rhina González, viuda de mi amigo entrañable Virgilio Rodríguez Echavarría; Elena Vives de Rodríguez, cuyo fallecimiento ocurrió estando quien suscribe en chequeos médicos en la ciudad de Boston, motivo por el cual no pude expresarle mis condolencias al distinguido ingeniero y gran amigo Augusto Rodríguez Gallaret.

Pero la verdadera relación profesional con la distinguida arquitecta recientemente fallecida fue en el período comprendido entre los años 1964 y 1969, período en el que inicié el servicio de hormigón a pie de obra.

Recuerdo como si fuera ayer el primer pedido, ella me recibió junto a su esposo don Aris y le dijo: “Aris, por mil razones nosotros tenemos que, en las construcciones que realicemos, utilizar los servicios de Güin”.

En esa época ella y su esposo fueron unos clientes excelentes en todo el sentido de la palabra. Recuerdo en el trato con ella, tanto en la Secretaría de Estado de Obras Públicas como en lo privado, cómo se expresaba de sus dos vástagos, Antonio (Tony) y Narciso, jóvenes que se han desarrollado ampliamente en nuestro país y a quienes quiero expresar por este medio mis más sentidas condolencias y mi profunda admiración por su distinguida progenitora.

De ella puedo expresar mi gran admiración tanto en el campo personal como profesional.

Las personas con una trayectoria como la de doña Chelito Conde de Isa no perecen, dejan una proyección de luz inextinguible.

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