El recurso del diálogo

La inteligencia de las autoridades del gobierno y de los dirigentes del Colegio Médico Dominicano que llevan el diálogo sobre los problemas del sector salud, fundamentalmente, las condiciones salariales y de trabajo en general, está en juego. La…

La inteligencia de las autoridades del gobierno y de los dirigentes del Colegio Médico Dominicano que llevan el diálogo sobre los problemas del sector salud, fundamentalmente, las condiciones salariales y de trabajo en general, está en juego. La excelencia probatoria tendría que verificarse en resultados y no en frustración. Sería el fracaso y la falta de comprensión de las partes.

Desde fuera se ve fácil. Ninguna de las partes puede acusar a la otra de falta de voluntad. Es evidente que se quiere llevar el diálogo a término, productivamente.

Para eso hay que “sacar de abajo” y eliminar los obstáculos o piedras que han aparecido en el trayecto. Hoy los médicos están convocados para una asamblea informativa. Se supone que no adoptarán una medida radical que signifique el fin del proceso.

Ayer las partes hicieron adelantos que sugieren que se pueden encontrar de nuevo. Waldo Ariel Suero, el líder del Colegio Médico, reiteró su disposición al diálogo y lo simplificó diciendo que si el padre Jesús Castro, el rector de la Universidad Católica de Santo Domingo, y el Gobierno lo llaman acudiría. Asimismo, el director del Servicio Nacional de Salud (SNS), Nelson Rodríguez Monegro, adelantó algunas propuestas que podrían servir de base para reabrir las negociaciones. El paquete tiene sus atractivos.

A los médicos ni al Gobierno les conviene la confrontación. Siempre de los extremos quedan daños. Las imágenes se deterioran y las vías de solución se alejan.

Lo inteligente y hasta elemental es que las partes vuelvan a la mesa para que haya resultados concretos, productivos: para los médicos y los demás profesionales de la salud y para quienes reciben sus servicios en los hospitales públicos. Y naturalmente, para el Gobierno, que supera un factor de conflictividad y distracción en un servicio tan esencial como la salud pública.

Siéntense de nuevo y no se levanten hasta que no haya conclusiones convenientes para todos. Eso sí, en todo proceso de negociación las partes deben hacer concesiones recíprocas. Comprenderlo es de elemental sentido común. Es también lo inteligente. Aprovechen ese recurso inagotable, pacientemente: el diálogo. 

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