La reelección deja un balance negativo para la democracia

El proyecto de reelección dejó una secuela de descontento a lo interno de los partidos, empeoró la mala imagen de la clase política y castró el derecho de participación de los dirigentes y militantes de los partidos.

El proyecto de reelección dejó una secuela de descontento a lo interno de los partidos, empeoró la mala imagen de la clase política y castró el derecho de participación de los dirigentes y militantes de los partidos.El cambio repentino en las reglas del juego político para permitir la reelección del presidente Danilo Medina se llevó de las aspiraciones de miles de dirigentes, la credibilidad de la población en los actores políticos, la fortaleza del sistema de partidos y de la institucionalidad del país, lo que se traduce en un balance negativo para la democracia.

Así definió la situación el politólogo Freddy Ángel Castro, mientras el dirigente del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), Franklin Almeyda, califica los últimos acontecimientos políticos como “tierra arrasada”.

La causa de las críticas es el acuerdo interno en el PLD que luego se extendió al Partido Revolucionario Dominicano (PRD) y posiblemente al Reformista Social Cristiano (PRSC), partidos a los que el PLD les prometió mantener su cuota de poder en lo legislativo y lo municipal y participación en el Ejecutivo, a cambio de apoyo en el Congreso para modificar el artículo 124 de la Constitución.

“¿Quién amenaza con sacar al PLD del poder? ¿El PRM con un inexperimentado candidato? ¿Había que provocar tanto ruido como si fuera un río desbordado que destruye su cauce natural?”, se preguntó el dirigente del PLD y miembro del Comité Político. Almeyda entiende que los últimos acontecimientos a los interno de la organización obligan al PLD a “empezar de nuevo”.

“El sistema de partidos se debilita, los partidos pierden credibilidad y la calidad de la democracia en el país se deteriora, expresó el catedrático y presidente del Grupo Estratégico Gobierno y Democracia, que analiza ese tipo de temas.

“Esos son pactos antidemocráticos que plantean un inmovilismo político porque la reserva de cuota de la totalidad de los cargos, castra la democracia interna de los partidos y hace una succión a nivel político en la cúpula de los partidos”, dijo Castro.

Agregó que el liderazgo político echó por la borda toda la agenda nacional para dar prioridad a una agenda inmediata y propia de los partidos.

“Eso afecta la credibilidad y crea una crisis de legitimidad, independientemente de que saquen altos porcentajes, son votos que se mueven a nivel del rentismo político y de la castración de la voluntad de la gente”, dijo el especialista.

Sostuvo que esa situación “nos deja en situaciones muy preocupantes porque en lugar de los partidos fortalecerse dejan debilidad institucional a nivel de las estructuras partidarias”, señaló.

Dijo que lo que prima en la política dominicana es la rentabilidad política y se “da una ruptura histórica en el caso del PRD que abandona lo que es el antirreeleccionismo y se convierte en un partido reeleccionista y de gobierno”.

El politólogo también advirtió que la situación podría generar altos niveles de abstención en la población para las próximas elecciones.

Otras repercusiones

El analista político sostuvo que a lo largo de los próximos cuatro años seguirán los efectos negativos para el país de la actual situación política. “Eso va a repercutir en el régimen de valoración internacional y en la valoración a nivel internacional de las agencias calificadoras sobre la República Dominicana”, dijo.

Agregó que en términos de la calidad de la democracia los acuerdos entre las élites de los partidos resulta perjudicial para la calidad de la democracia.

“No se ha explicado cuál era la necesidad de la convocatoria de una reforma constitucional porque eso no era parte de la agenda nacional, es parte de una agenda partidaria, de una agenda particular”, subrayó.

Candidatos sin primarias

En la actual coyuntura política, otro aspecto que va en contra de la calidad de la democracia es que ninguno de los partidos principales del sistema ha realizado primarias internas para escoger a su candidato presidencial. El PRD y el PRSC, seleccionaron a sus representantes en la boleta mediante una asamblea de delegados que es mandatario de la ley electoral.

Aunque en el PLD, todavía no se sabe cómo terminará el proceso interno, si finalmente el presidente Medina opta por la candidatura presidencial, es muy posible que sea proclamado como candidato sin participar en votaciones internas, sobre todo porque todos los aspirantes oficiales de esa organización habían advertido que dejarían sus proyectos si el gobernante se repostula.

La excepción, es el Partido Revolucionario Moderno (PRM) que realizó su convención el pasado 26 de abril en la que resultó electo candidato Luis Abinader con el 70%. Sin embargo, la baja participación, poco más de 300 mil de un padrón de más de dos millones, y las irregularidades que se presentaron durante la jornada de votación, le restan calidad al proceso interno del PRM, un desprendimiento del PRD.

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