El proceso electoral del Reino Unido está dominado por el debate independentista en Escocia, y el debate sobre la inmigración en Inglaterra, pues el 75% de los ingleses favorece restringirla. El problema migratorio en el Reino Unido tiene diversas causas. La libre circulación dentro de la Unión Europea ha permitido a 700,000 europeos del este emigrar al país, desde el 2004. En adición, el R.U. es todavía un imán para los súbditos del antiguo Imperio Británico, que en su zénit gobernó una cuarta parte de la superficie de la tierra.
El líder del Partido Laborista (Socialista) Ed Miliband, hijo de inmigrantes, ha participado activamente en el debate migratorio y sus declaraciones nos resultan interesantemente relevantes. Miliband ha argumentado que enfrentar el tema migratorio no constituye un “prejuicio,” lo que deberían aprender algunos de nuestros críticos. Más aún, ha declarado: “Nunca le volveremos dar la espalda a aquellos a quienes les preocupa la inmigración. Aunque tampoco significa que le daremos la espalda al resto del mundo”. Posición correctísima, pues debemos poner orden a la inmigración, sin cerrarnos al mundo externo y al comercio. En tercer lugar, el líder laborista ha asumido la preocupación de la gente común “sobre el impacto de la inmigración en los salarios”, mientras enfrentan “la crisis de costo de la vida” en el Reino Unido, lo que coincide con nuestra posición de que los inmigrantes pobres reducen los salarios y deterioran el nivel de vida de los dominicanos más vulnerables.
Y como resultado, la inmigración tiene un efecto en la distribución del ingreso contrario a la equidad social. Un efecto al “que los políticos de todos los partidos (británicos) temen, pues la inmigración enriquece a los empleadores y a las clases pudientes, pero empobrece a los británicos de bajos salarios y formación”. Algo que muchos políticos dominicanos no han podido, o querido comprender, a pesar de tanta perorata izquierdista.
Los Laboristas y sus rivales Conservadores han coincidido en apoyar una policía fronteriza con poder para “detener, revisar, y arrestar”. Así mismo, proponen un carnet de identidad para extranjeros y cortar la obtención automática de la nacionalidad, después de un número de años de residencia. Finalmente, ambos partidos proponen fortalecer el sistema migratorio basado en puntos por méritos, que prohíbe la inmigración de personas de baja calificación, y promueve la inmigración de personas que deseen invertir en empresas, crear empresas o que tenga talentos especiales en las artes, el deporte, las ciencias, en determinadas formaciones o que ayuden a formar a jóvenes ingleses.
Y es que la política migratoria puede ser un instrumento de desarrollo económico y social, como se pretende en el Reino Unido, o por el contrario, un instrumento para afianzar estructuras económicas anacrónicas y relaciones sociales desiguales, como está ocurriendo en muestro país.
