El encuentro de los presidentes Danilo Medina de República Dominicana y Michel Martelly en Barahona el pasado martes ha provocado variopintas reacciones, en las que predomina el parecer de que fue un encuentro inútil.
El gobierno dominicano puso énfasis cuando informó que la reunión ocurriría a petición del gobierno haitiano. El intercambio había sido solicitado con insistencia, es verdad, pero el comportamiento de Haití con la campaña anti dominicana fue muy ofensiva, y pese a la actitud moderada de las autoridades nacionales, no resultaba fácil dialogar con quien agrede de esa forma.
Iniciativas distintas propiciaron la reunión, incluidas las gestiones de la Unión Europea. Pero el vecino continuó golpeando, con hechos. Cerró la frontera terrestre a la entrada de 23 productos dominicanos, con un propósito de política interna, con tremendo impacto en República Dominicana.
Los haitianos llevaron las tensiones al extremo. Difícilmente República Dominicana se resistiría a un encuentro. Pero Haití tiene su agenda y la falta de resultados de la reunión de Barahona así lo confirma.
Otra vez, Haití coloca en la agenda binacional el tema de la migración. Comprometió a República Dominicana a “continuar la comunicación y coordinación permanente para una mejor armonización del proceso de repatriación de ciudadanos en situación migratoria irregular”.
La veda fronteriza a 23 productos dominicanos siguió igual. La dejan a la incertidumbre que caracteriza todo compromiso haitiano.
En general, la declaración conjunta es positiva. La cuestión es que con Haití no hay garantías, y por eso mucha gente cree que “juega” con República Dominicana.
Siempre será bueno hablar. Es preferible que haya comunicación. Hay que ser cautelosos y hasta aprender de la sabiduría haitiana.
Quiera Dios que el encuentro en Barahona no sea una simple jugada del presidente haitiano como piensa la gente. Una jugada vinculada a las próximas elecciones, que son el 25 de este mes.
Desde cualquier punto de vista, el encuentro contribuye a bajar las tensiones. Y en todo caso, siempre el diálogo será la mejor manera de encontrar vías de entendimiento, siempre.
