Ponderando sobre circunstancias que actualmente determinan situaciones positivas de mi vida, incluyendo mi edificada consciencia y toma de decisiones sobre distintos aspectos personales, he pensado que si hubieran tenido lugar en tiempos distintos, me hubiera evitado muchas amarguras y reveses. Tal mirada es inútil. Insistir en reveses lleva sólo a pérdida de tiempo y energía. El convencimiento saludable es que todo sucede en el momento justo, conforme al plan divino. El tiempo perdido a causa de condiciones particulares adversas podrá recuperarse o recompensarse. Lo que el viento se llevó pertenece al pasado; permanecer asidos a él lleva a perder la oportunidad de construir una mejor historia presente y futura, para nosotros y nuestros seres queridos.

Es importante aprender a los reveses dejarlos en el pasado.  Sobre lo que no hicimos, hicimos mal, perdimos o conseguimos y ahora no queremos, lamentarse es pernicioso. Si al paso del tiempo seguimos sintiendo malestar por su causa, podemos aliviarnos enfatizando en que de alguna manera esas decisiones o acciones fallidas, en su momento fueron las factibles, en el contexto de nuestras circunstancias internas o externas.

Valorar que ahora somos diferentes. Asimismo, admitir y reconocer los reveses sin insistir en culpas. En lo adelante, aquilatar las lecciones desprendidas. Que las experiencias nos sirvan como “capacitación” para estar en mejores condiciones de, conforme lo que de nosotros dependa, prevenirlos en lo futuro. l