En el artículo anterior, presentamos la diferencia semántica entre las palabras revolución y reforma, a propósito de la denominada revolución educativa a que aluden algunos sectores para referirse a los cambios que ha experimentado el sistema en los últimos años.
Asimismo, comentamos las motivaciones de las reformas en nuestros países de América Latina, y brevemente señalamos algunos puntos sobre el último proceso de reforma educativa experimentado en el país después de articulado el Plan Decenal de Educación 2002-2012.
Acogiéndonos a esta diferencia, parecería que estamos ante un proceso de reforma, pues la intencionalidad ha sido la modificación de aspectos importantes del sistema educativo dominicano, para mejorarlo, y es esta precisamente la acepción más generalizada de Reforma Educativa.
Además, algunos de estos cambios han surgido de movimientos ciudadanos y pactos sociales de amplio consenso de todos los sectores nacionales, lo que valida sensiblemente el proceso.
En tal sentido, podemos señalar algunos de los más significativos cambios que se han producido en términos de política pública, normativas, currículo, y acciones concretas desde el gobierno central, el Ministerio de Educación de la República Dominicana, e instituciones descentralizadas como el Instituto Nacional de Formación y Capacitación del Magisterio (INAFOCAM).
Por un lado, tenemos rediseño curricular de los niveles Inicial y Primario, la modalidad de Jornada Escolar Extendida, con las implicaciones de alimentación, mayor seguridad y bienestar para los estudiantes; y una nueva estructura del sistema en niveles de seis años de duración.
Por otro lado, se pusieron en marcha una serie de programas enfocados a las mejoras de las competencias de docentes y directivos (Política de Apoyo a los Aprendizajes de los Primeros Grados, Estrategia de Formación Continua Centrada en la Escuela, entre otros).
Asimismo, se construyen nuevas infraestructuras escolares para completar la meta de acceso universal a la educación primaria, y se realizan mejoras en las existentes. Hay que señalar también, la implementación de un aumento escalonado a los salarios de los docentes, y las oportunidades de desarrollo personal y profesional que se les provee a fin de mejorar su calidad de vida.
Obviamente, que las nuevas políticas implementadas y las acciones ejecutadas hasta el momento, tienen oportunidades de mejora, y de éstas va a depender que la reforma logre su propósito de impacto sustantivo en la calidad de los aprendizajes de los niños dominicanos. l
