Riesgos y advertencias

Al leer una comunicación del geólogo Osiris de León sobre la forma en que se construyen las escuelas, según afirma, sin los “estudios sísmicos de rigor, in situ”, con las especificaciones que requieren las normas modernas, hemos pensado en…

Al leer una comunicación del geólogo Osiris de León sobre la forma en que se construyen las escuelas, según afirma, sin los “estudios sísmicos de rigor, in situ”, con las especificaciones que requieren las normas modernas, hemos pensado en unas revelaciones del Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo, a través de su Dirección de Ordenamiento y Desarrollo Territorial sobre las “Amenazas y Riesgos Naturales en la República Dominicana”.

De acuerdo con el resumen divulgado, la República Dominicana, y especialmente sus dos principales concentraciones humanas, Santo Domingo, muy particularmente el Distrito Nacional (DN) y Santiago, se encuentran en una situación de riesgo “muy alto” (de riesgo físico) y un “alto nivel” de riesgo total, “ante la ocurrencia de fenómenos naturales”.

Obviamente, no nos alarmamos, y mucho menos deseamos alarmar a la población, pero no podemos dejar pasar algunos detalles contenidos en el resumen: La Ciudad Colonial es el sector del Distrito Nacional con muy alto índice de riesgo físico y un alto nivel de riesgo total ante la ocurrencia de fenómenos naturales, y en el caso de la ciudad de Santiago… los resultados reflejan un mayor riesgo, por tener 33 de sus barrios bajo un nivel de riesgo físico muy alto”.

El análisis advierte sobre riesgos desde la perspectiva de desastre, relaciona amenazas y vulnerabilidad de los elementos sociales y materiales, personas y recursos de producción, infraestructura, bienes, servicios y ecosistemas,  y plantea determinar los posibles efectos y consecuencias socioeconómicas-ambientales.

Si nos atenemos a los planteamientos de un organismo oficial, hace tiempo que el Estado dominicano ha debido tomarse bien en serio los riesgos y amenazas que penden sobre estas concentraciones poblacionales.

No hay que recordar que vivimos sobre fallas sísmicas activas, de las cuales hablan los expertos, a veces con advertencias que muchos pueden considerar como preludio de un cataclismo.

Ante esos señalamientos sería interesante escuchar al Ministerio de Economía que pide incluir “la gestión de riesgos de desastre y cambio climático de manera transversal en todo proceso de planificación y ordenamiento territorial”.  Ahí tendrían que entrar las nuevas escuelas…

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