Robo agravado contra educación infantil

Resulta difícil escribir sobre un tema cuando la indignación nubla el intelecto y agolpa las ideas sobre un nudo de emotividad y frustración, motivado por la impotencia y la incapacidad de acción. A principios de semana se descubre un robo en…

Resulta difícil escribir sobre un tema cuando la indignación nubla el intelecto y agolpa las ideas sobre un nudo de emotividad y frustración, motivado por la impotencia y la incapacidad de acción. A principios de semana se descubre un robo en el Centro Educativo 14 de Junio (La Guamita), en la zona rural de Constanza, en Portezuelo, Tireo, para ser específico. Resultó en la sustracción de las herramientas educativas y recursos tecnológicos, que habían sido conseguidos de donantes no oficiales, por la gestión de la dirección, a más de unos pocos que habían sido suministrados por organismos estatales. Los más, mis aportes personales, procurando hacer de esa escuela un piloto que influyera a la inversa, sobre las familias del lugar. Más de 120 niños que influyen sobre sus progenitores, para ser mejores ciudadanos, al recibir una educación integral con el objetivo de romper esquemas que le deben servir para acabar con los círculos de fuego que les obliga a la pobreza. El televisor, el único y móvil, para que estuviera al alcance de todos; el sistema de cámaras para cuidar de la integridad y grabar eventos anormal; el “data show” y monitores del centro de cómputos y todo lo que podía sustraerse. Aprovecharon que no había energía eléctrica, una avería del inversor y que el sereno, irresponsablemente, no estaba en su lugar de trabajo. Tampoco funcionó la alarma instalada para proteger.

El robo es condenado de manera universal en todos los conjuntos de leyes, en los libros sagrados, incluyendo la Biblia, y en particular en el Código Penal dominicano. Este pudiera considerarse un robo agravado, tipificado por elementos que el propio sistema de leyes nuestro, contempla, pero más que nada a quienes afecta: a niños de familias de escasos recursos, privados de poder accesar a tecnología de avanzada. Ante la denuncia del hecho, la Policía Nacional inicia sus pesquisas, ante una desconfianza justificada, como consecuencia de un robo perpetrado hace años y cuyas investigaciones quedaron inscritas en el libro del olvido. La PN descubre lo que le interesa y mi objeto es interesarles en su solución. Llamo la atención de los encargados de la zona de Constanza, de los jefes a los que corresponde la provincia de La Vega y a los investigadores de robos, de que se empeñen en identificar a los autores, para evitar que esa escuela modelo regrese a su condición de origen, de mediocridad y retraso y que el personal docente, dotado de una particular mística de trabajo y compromisos, retorne de su condición de frustración profunda. Nada que decir de quienes auspiciamos, sin esperar recompensa alguna, que sentimos el dolor de la impotencia y la incapacidad de acción que el robo acarrea. Lo primero que el ladrón se lleva, es la tranquilidad, y esa no vive ya en los corazones de los involucrados en este hermoso proyecto.

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