A Roma, con amor

No quiero pecar de poco original, pero es que no puedo definir mejor lo que significó Roma para mí. Le doy todos los créditos…

A Roma con amor

Los cinéfilos amantes del cine de Woody Allen estamos encantados de este filme aunque no veamos nada que le agregue a su prestigio como cineasta filósofo de la sociedad de su tiempo.

A Roma con amor

Antes, fue París. Hoy es Roma. Mañana, quisiéramos volver al Woody Allen del cosmopólita, liberal y recóndito Nueva York que le sirvió a este inigualable cineasta de marco decorativo para algunas de sus historias

No quiero pecar de poco original, pero es que no puedo definir mejor lo que significó Roma para mí. Le doy todos los créditos a Woddy Allen, quien combinó estas palabras primero que yo para llamar a su última película.

Ahora bien, lo consideré el título perfecto, porque si leemos la palabra Roma de atrás hacia delante, diría amor. Y es lo que provoca atravesar a pie, y de noche, sus calles adoquinadas, mientras se escucha algún cuarteto haciendo música inspiradora, con acordeones, como la que se aprecia en los primeros segundos del tráiler oficial del filme de Allen.

Diez días no fueron suficientes para atrapar su aroma antiquísimo, con el que tantas veces sueña todo amante de la historia del arte y la cultura. Lo fue, entre tanto, para descubrir su encanto de “Ciudad eterna”, como se le conoce por antonomasia, por esos monumentos milenarios que no pierden el encanto con los años. Contemplarlos es tan sorprendente como el último hallazgo de la NASA.

Desde el principio

El aeropuerto Fiumicino me recibió con su aire espeso y taciturno. Me resultó solitario y oscuro; nada encantador lo que pude recorrer. Al salir para esperar el autobús hacia Termini, (9 euros la ida) que sale cada media hora, me resultó algo sucio, descuidado, digamos. Pero, aquel cuadro un tanto tétrico para alguien que viaja sola por primera vez, se transforma desde que el bus echa a andar. El tinte otoñal de sus paisajes se me mete en la sangre. El cansancio propio de las casi 12 horas que llevaba de vuelo (sin contar las horas varadas por la escala) se esfumó de pronto.

Como toda ciudad civilizada, sus calles están debidamente identificadas, por lo que con un mapa y un buen sentido de la orientación, se puede llegar al lugar deseado sin necesidad de tomar un taxi. Además de servirte de aventura y excursión, te ahorras un buen dinero. Un viaje corto en taxi puede llegar a costar hasta 15 euros. Y un ticket de bus sale en 1.50, válido por 100 minutos.

Para llegar desde Termini hasta el Vaticano, hay que cruzar el río Tíber, el tercero más grande de Italia y que atraviesa toda la ciudad. Es considerado el “alma de Roma”.

Cada quien, según su gusto, hará su ruta de lugares. Pero a mi entender, visitar la Plaza y la Basílica de San Pedro, no puede faltar en tu lista. Religioso o escéptico, es uno de los lugares que no debes dejar de visitar. Solamente pararse en la explanada de la Plaza da una sensación impresionante. Una vez dentro, rodeado de una columnata imponente que, parado desde un mosaico dentro de la plaza, solo distingues una hilera perfecta, ya que las que están detrás no se notan. Otro lugar que debes conocer es el Coliseo, el cual antes de ser llamado así, era conocido como el anfiteatro Flavio, en honor a los emperadores de la Dinastía Flavia, que llevó a cabo su construcción.

Plaza Venecia.
En el entorno de esta plaza también se encuentra el Monumento a Víctor Manuel II y la plaza del Capitolio, entre otros lugares.

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Los cinéfilos amantes del cine de Woody Allen estamos encantados de este filme aunque no veamos nada que le agregue a su prestigio como cineasta filósofo de la sociedad de su tiempo. La trama es una adaptación libre de Decameron, que Giovanni Boccaccio escribió en el siglo XIV. El guionista se tomó la libertad de incluir personajes estadounidenses junto a italianos en cuatro historias individuales que no se cruzan y que son desarrolladas alternadamente. Informes confirman que durante la filmación tuvo dos títulos provisorios: Bop Decameron y Nero Fiddled.

El argumento se centra sustancialmente en los encuentros de extranjeros que viven casos amorosos donde el ambiente de Roma influencia la atmósfera de romanticismo y amores fortuitos. Pero ni todo es lo que parece y también en esta comedia se darán cuenta que en la vida se debe tomar atención a momentos pasajeros de unas simples y casuales vacaciones en un país extranjero. Mucha preocupación, alguna confusión y mucho descubrimiento interesante ponen a prueba  a estos personajes que acaban por descubrir que por veces el verdadero valor de las cosas está más cerca de nosotros que lo que aparentan.

El filme es una mezcla de ruinas y fachadas barrocas ya vistas en la Roma fotografiada para filmes de Willian Wiler (Vacaciones en Roma, 1953) y Federico Fellini (Dolce Vita, 1960). A diferencia de esas Obras-primas, el filmede Allen es sobre momentos, sobre como vivir los momentos que la vida te proporciona con verdadera pasión. Un guión regular, con aciertos en los diálogos chispeantes y leves con sus tira- puyas allenianas. Una muestra de haraganería creativa en un maestro del cine.

HHH Elenco: Pierluigi Marchionne, Roberto Benigni, Alison Pill, Judy Davis, Alec Baldwin. género: Comedia. Países: EE.UU., Italia y España. Año: 2012. Dirección y guión: Woddy Allen.

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Antes, fue París. Hoy es Roma. Mañana, quisiéramos volver al Woody Allen del cosmopólita, liberal y recóndito Nueva York que le sirvió a este inigualable cineasta de marco decorativo para algunas de sus historias más célebres. Medianoche en París fue un hito en la carrera de un realizador que aborrece los premios, evade las alfombras rojas, de sabor agridulce para el público y estatura gloriosa para los críticos, sobre todo los europeos.

Pero To Rome with Love no nos devuelve al intermitentemente disfrutable Woddy Allen, que ahora también se ha puesto ante las cámaras, con gracia minimalista y situaciones que nos dejan indiferentes como la escena del avión, en la que manifiesta su temor a las turbulencias. Porque estamos ante un guión como si hubiese sido cocinado a presión, contra el tiempo, a cuenta de esos encargos forzados que matan la creatividad y dejan sin espacio la genialidad, el sarcasmo y la ironía que siempre han alimentado el buen criterio del oscarizado realizador.

Una comedia de enredos en la que se van entrelazando historias que no conectan con el romanticismo latente en su película anterior, mucho menos el tour visual por los monumentos históricos de la venerada ciudad que honra la película. Situaciones risibles, no para reírse con ganas como sabe provocar Woody Allen. Nada que ver. Es mucho menos que eso, porque el variopinto elenco de A Roma con amor no logra rebasar las dificultades que le impiden complementarse en su conjunto.

La introducción con un agente de tránsito que habla a la cámara nos transporta a un final inevitable, casi fatal. Una comedia muy por debajo del rigor cinematográfico de Allen, quien ha sabido sortear el agotamiento creativo con historias que podrían pecar de ingenuas, pero que en tiempos de la ebullición tecnológica y el 3D, caen como maná del cielo para quienes buscan agua en el desierto.

HH Dirección y guión: Woody Allen. Duración: 102 Minutos. Género: Comedia. Países: Estados Unidos, Italia, España. Año: 2012. Elenco: Flavio Parenti, Roberto Benigni, Alison Pill, Alec Baldwin, Penélope Cruz, Woody Allen y Jesse Eisenberg.

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