Santiago.-En las investigaciones asumidas por la Fiscalía de Santiago aún no ha determinado quienes dieron la voz de alerta al sacerdote Wojciech Gil para que pudiera escapar a las acusaciones por pederastia.
Para escabullirse, el cura engañó a uno de sus amigos, y utilizó su cuenta de Facebook para comunicarse con una mujer que sin causa de conocimiento le reportó era buscado por los supuestos abusos sexuales.
El padre Alberto solicitó a Ambiórix Espinal, actual secretario de la iglesia, que le prestara su cuenta para enviar un mensaje, pero luego resultó ser una estrategia para recibir informaciones.
Al hacerse pasar por Espinal comenzó a conversar con una amiga de éste y le preguntó que si sabía lo que estaba sucediendo con el caso del padre. Espinal confirmó a El Caribe que el sacerdote le pidió su cuenta y su clave para entrar a la citada red social, pero no sabía con qué fines iba a ser utilizado, pues tenía confianza en el padre y nunca pensó que sería para nada malo. “Eso sucedió una hora antes de salir desde Polonia hacia la República Dominicana.
En el lugar se encontraba mi sobrino y otro dominicano”, apuntó al comunicarse vía telefónica. El padre Alberto como era conocido en el distrito municipal de Juncalito del municipio de Jánico en Santiago, es acusado de agredir sexualmente a siete niños.
Al conocer que contra él existía una orden de arresto, decidió salir de su casa hasta el aeropuerto de Polonia, y es allí que les comunica al joven que no vendrá al país, porque no se sentía bien de salud y que tenían que irse solos.
El padre Alberto era tan celoso con la computadora personal donde tenía aproximadamente 87 mil fotos de niños, algunos desnudos, otros obligados vestirse de niñas, que se negaba a prestar su laptop aún tratándose de una persona muy cercana.
Sin embargo, la fiscal Luisa Liranzo dijo a El Caribe, dijo que de comprobarse que utilizó una cuenta falsa, sería otro tipo penal, peor que ya terminaron la investigación de los hechos más graves sobe abuso sexual. Indicó que en las indagatorias no pudieron individualizar quien dio la alerta en beneficio del cura. Dice que desde república Dominicana fueron muchas las gentes que se comunicador con el padre Alberto.
“No pudimos confirmar la vía de la fuga de la información, pues tomando en cuenta el nivel de confianza que la comunidad le tenía al cura, es probable que cualquiera le hubiese avisado o advertido”, refiere Liranzo.
