DAEGU, Corea del Sur. Siete centésimas. Ese fue el margen que separó a Félix Sánchez de alcanzar una cuarta medalla en los 400 metros con vallas en el Mundial de atletismo.
El dominicano hizo una pausa larga y respiró profundo cuando le mencionaron el ínfimo margen con respecto al sudafricano L.J. van Zyl por la medalla de bronce. “Eso me duele demasiado, porque estaba listo para ganar esa carrera”, dijo Sánchez, quien fue campeón mundial en 2001 y 2003 y plata en 2007. La victoria fue para el británico David Greene con 48.26 segundos, seguido por el puertorriqueño Javier Culson con 48.44. Van Zyl entró tercero con 48.80.
Sánchez, de 34 años, corrió estableciendo una marca de competir en seis finales consecutivas en Campeonato Mundiaal. Sánchez reconoció que cometió un error en su patrón de carrera y pagó caro por el mismo. “Hice un salida mala. Salté con la pierna derecha, debía ser con la izquierda… Sentí que estaba fuera de control, que estaba luchando conmigo mismo… En los primeros 300 metros estaba luchando contra mí”.
También contó que el fallo le afectó en todo momento: “Tenía miedo de cambiar el ritmo … no pude, no había chance, el sudafricano estaba ahí mismo. En este nivel no se puede hacer errores”.
Sánchez había llegado a Daegu rodeado de escasas expectativas, sin resultados positivos en los últimos meses. Quedar acariciando un podio no sirvió de consuelo para él, dueño de un amor propio como pocos. “En un par de días voy a pensar así, pero ahora mismo estoy frustrado”, señaló.
Lo que más le duele es que pudo haber triunfado en una final en la que el tiempo ganador fue mediocre. “Es el tiempo más lento en la historia, la carrera estaba abierta para cualquiera. No fue mi día”, dijo.
