La sanción puede ayudar

Hemos dicho que nada refleja mejor a la sociedad y el estadio en que vive, que el manejo de los desechos. Los habitantes de este territorio tenemos 500 años de cultura registrada. En ese tiempo se supone que hemos debido desarrollar algunos aprendizajes&

Hemos dicho que nada refleja mejor a la sociedad y el estadio en que vive, que el manejo de los desechos. Los habitantes de este territorio tenemos 500 años de cultura registrada. En ese tiempo se supone que hemos debido desarrollar algunos aprendizajes en esa materia, pero aparentemente no son suficientes como para decir que es asunto superado. Muy al contrario.

Apena tanto ver calles y avenidas con cualquier tipo de basura. No tiene que ver con la responsabilidad pública de recogerla y disponer de ella. No. Es esa que las personas lanzan, sin ningún miramiento ni consideración, como si no tuvieran la menor percepción de que dañan. No es sólo que violan las normas de comportamiento, sino que agreden los entornos, los ambientes y a las personas.

Esa basura así lanzada se va a los drenajes que resultan bloqueados cuando llueve. A veces ese mal comportamiento provoca inundaciones en calles y sectores. También derrumbes y pueden terminar en desgracias.

De esa conducta insensata, claramente irracional, no escapan los campos de la República. Pueden verse los mares que nos circundan después de un torrencial. Llenos de plásticos y toda clase de basura. En las carreteras y caminos, los plásticos se enseñorean. Nos delatan, nos evidencian como lo que somos. No nos condolemos de las praderas, los arroyos, cañadas y manantiales. Allá va a parar todo y por ahí hasta los océanos.

Falta de conciencia que viene de nuestros rezagos, de familia, o de la escuela. Y de otras ciudadanías que arrastran mayores carencias. Tampoco respetan espacios ni leyes. Eso no los podemos citar, porque sería un “prejuicio”. Total, hacen lo que ven y permiten que se haga. “Allí donde fueres haz lo que vieres”, como reza el antiguo proverbio español.

La cuestión es que quizás sólo si se hace con rigor lo que anuncia el alcalde del Distrito Nacional, David Collado, someter a la justicia a quienes lancen desperdicios a las calles, entonces empecemos a aprender, a cambiar los malos hábitos de comportamiento que tanto dañan los entornos en que vivimos.

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