La presente es mi cuarta entrega sobre los casi 50 movimientos, asociaciones y nuevas comunidades presentes en la Iglesia en República Dominicana.
1. ORIGEN
El Movimiento Apostólico de Schoenstatt es un movimiento católico fundado el 18 de octubre de 1914 por el padre José Kentenich (sacerdote alemán) y un pequeño grupo de seminaristas del antiguo seminario de los Padres Pallottinos, como un camino de renovación espiritual dentro de la Iglesia católica. Su punto de partida es la Alianza de Amor con María, como puente y camino hacia el encuentro con el Dios Trino.
Como movimiento de renovación religiosa y moral, la obra de Schoenstatt ayuda a renovar la Iglesia y la sociedad en el espíritu de los Evangelios. Intenta poner de manifiesto la conexión entre la fe y la vida diaria. Especialmente a través de un amor profundo por María, Madre de Dios, bajo la advocación: Madre Reina y Vencedora tres veces Admirable de Schoenstatt. Ella es admirable como madre de Dios, madre del Redentor y madre de los redimidos.
Schoenstatt es un movimiento internacional, presente en todos los continentes, con miembros de diferentes estilos de vida y vocaciones; una familia espiritual con diferentes ramas y comunidades. Esta familia incluye ramas de sacerdotes, personas consagradas, hombres, mujeres, matrimonios, juventud y niños.
2. Espiritualidad
La espiritualidad de Schoenstatt ha contribuido al crecimiento en la santidad de hombres y mujeres de nuestro tiempo, desde su fundación. Los elementos de su espiritualidad tridimensional caracterizan al Movimiento como un camino para vivir nuestra fe en estos tiempos modernos:
A) Espiritualidad de la alianza: La Alianza de Amor con María es la forma original que tiene Schoenstatt de vivir la alianza bautismal. En ella se expresa y se garantiza nuestra alianza con la Santísima Trinidad. Entendida así es “la fuente de la vitalidad y el centro de la espiritualidad de Schoenstatt”, el corazón de Schoenstatt.
El amor a María, expresado en esta Alianza, se transforma en el medio más rápido y seguro de vivir en un contacto vivo y permanente con el Dios de nuestra vida y de nuestra historia. De esta Alianza de Amor vivida en profundidad, nace también una fuerte conciencia de misión; lleva a quienes la sellan a convertirse en eficaces instrumentos en manos de María, para colaborar con ella en la renovación religioso-moral del mundo. Por esta Alianza de Amor, Schonstattt realiza su compromiso de construir la historia en dependencia y contacto filial, libre y total con Cristo, el Señor de la historia, a través de María su Colaboradora permanente.
La frase: “Nada sin ti, nada sin nosotros”, que sirve como lema a la Familia de Schoenstatt, expresa en forma simple y concreta el compromiso mutuo que encierra la Alianza de Amor que sellamos en Schoenstatt. Toda alianza de Dios con los hombres posee este rasgo: es un compromiso mutuo entre El y el hombre. Schoenstatt nació de una alianza, es decir, del actuar conjunto de Dios, a través de María, y de aquel a quien ha llamado a sellar esa alianza.”
B) Espiritualidad de santificación de la vida diaria: Schoenstatt ayuda al laico a integrar su fe católica con su experiencia diaria de acuerdo a las virtudes de fe, esperanza y caridad.
El P. Kentenich habla de una “santidad de los días domingos” y de una “santidad de la vida diaria o del trabajo”. Con ello indica que nuestra relación con Dios no puede reducirse a momentos en los que expresamente participamos en alguna celebración litúrgica, sino que debe extenderse a la totalidad de nuestra vida. Es la santidad que une armónicamente fe y vida.
Por ello trata de hacer lo “ordinario extraordinario”, es decir, con el mayor amor posible.
La santidad de la vida diaria se define como la armonía querida por Dios y hondamente afectiva entre la vinculación a Dios, a las personas, a las cosas y al trabajo en todas las situaciones de la vida.
Esta santidad es muy importante en nuestro tiempo actual. ¿Qué pide la vida católica del momento actual? El hombre católico de hoy día tiene un ansia grande de cristianismo vivido ante sus ojos. Los cristianos que viven su cristianismo son para él la Biblia más valiosa. No busca a Dios tan sólo en el cielo y en el tabernáculo, sino que también le busca en el hombre mismo.
La santidad de la vida diaria aspira a superar el hombre naturalista y colectivista (hombre viejo) contraponiendo un tipo de hombre arraigado en Dios.
C) La espiritualidad de instrumento: Ayuda al cristiano a verse en su realidad de discípulo de Cristo, ayudándole a descubrir la voluntad de Dios en lo cotidiano.
Esta conciencia de instrumento, motiva al ser humano a un generoso desprendimiento de sí mismo, que le impulsa a la acción apostólica y se manifiesta en el testimonio de vida. Schoenstatt, en fin, quiere educar hombres y mujeres santos, quienes, movidos por el amor, puedan ser instrumentos capaces de hacer presente a Cristo en el mundo.
3. Santuario Schoenstatt
El santuario es un lugar de encuentro con Dios, a través de María. En todos los Santuarios de Schoenstatt, la Santísima Virgen regala al peregrino tres gracias especiales, necesarias para vivir un cristianismo auténtico:
La gracia del cobijamiento interior: es la gracia de un profundo encuentro en corazón maternal de la Santísima Virgen y, a través suyo, con el corazón de Cristo. Por esta gracia María quiere sanar una honda llaga en la persona de nuestro tiempo: una persona desvinculada, sin hogar, sin familia. La experiencia de tener un hogar en el corazón de Dios y de María, nos capacita para dar hogar a otros.
La gracia de la transformación interior: En los santuarios de Schoenstattt, María se preocupa de que todo peregrino reciba el don de la transformación personal. ¿Cómo lo hace? En primer lugar acogiendo y amando. La gracia de la transformación interior hace fecundo el esfuerzo por nuestra autoformación y nos lleva a vencer en nosotros al “hombre viejo”, que se aparta de Dios por el pecado; nos hace sensibles a la voz del Señor y dispuestos a seguir en todo la voluntad del Padre.
La gracia de la fecundidad apostólica: Esta gracia, nos mueve a tomar iniciativas y a comprometernos activamente en la transformación de la sociedad para llenarla del espíritu de Cristo. Las dos gracias anteriores, no son un don que Dios nos hace personalmente, sino que representan en primer lugar, un regalo para el mundo y para la Iglesia, de manera que podamos realizar un apostolado fecundo.
4. Importancia de Schoenstatt
Schoenstatt tiene gran importancia para la época actual; ha descubierto las tres grandes enfermedades que padece la persona de nuestro tiempo: alejamiento de Dios, entrega a los placeres del mundo y pérdida de la personalidad o masificación. No tenemos que ir muy lejos para confirmar esa verdad; sólo tenemos que tomar un momento para mirarnos a nosotros mismos y a los demás. Pero Schoenstatt no solamente ha señalado y enumerado estas enfermedades, sino que, desde su espiritualidad, ha ofrecido las medicinas para curarlas:
Para el alejamiento de Dios, Schoenstatt opone el mensaje de la fe práctica en la Divina Providencia. Esta fe práctica significa vivir y actuar de acuerdo a la convicción de que la Divina Providencia dirige los grandes acontecimientos mundiales, pero también el plan de mi pequeña vida y lleva sus planes a la realización en sus más pequeños detalles. Este plan está diseñado desde toda la eternidad, como un plan de amor.
Para contrarrestar la búsqueda y entrega a los placeres del mundo, ofrece una Alianza de Amor con María, la Madre tres veces Admirable, como un medio para vincularnos estrechamente al mundo sobrenatural, de la manera querida por el Dios Trino.
A la masificación y falta de responsabilidad, opone Schoenstatt su mensaje de la creencia en la misión personal que Dios ha dado a cada ser humano.
5. Santuarios en República Dominicana
Actualmente tenemos dos Santuarios de Schoenstatt en la República Dominicana: uno en el distrito municipal de La Victoria, Santo Domingo Norte, y otro en San Francisco de Macorís. A ambos lugares llegan miles de peregrinos, buscando ser amados, transformados y enviados por la “Madre tres veces Admirable, Reina y Vencedora”, de Schoenstatt. Ella solo desea dar a luz a Cristo en cada uno de nosotros, a fin de que nazcan hombres nuevos capaces de transformar la sociedad en que viven.
Los santuarios de Schönstatt están abiertos diariamente, durante todo el día.
CONCLUSIÓN
CERTIFICO que he transmitido fielmente sobre el Movimiento Apostólico Schoenstatt los datos que sus directivos tuvieron a bien comunicarme.
DOY FE, en Santiago de los Caballeros, el día once (11) del mes de febrero del año del Señor dos mil catorce (2014).l
La santidad de la vida diaria se define como la armonía querida por Dios y hondamente afectiva entre la vinculación a Dios, a las personas, a las cosas y al trabajo en todas las situaciones de la vida”.
