RÍO DE JANEIRO — La Corte Suprema de Brasil llegó a un acuerdo judicial en el caso del ex líder senatorial del oficialista Partido de los Trabajadores, cuyo testimonio incluía denuncias impactantes contra la presidenta Dilma Rousseff y su predecesor Luiz Inacio Lula da Silva, además de otros líderes políticos.
El senador Delcidio do Amaral fue detenido el año pasado en conexión con la investigación sobre sobornos en la empresa petrolera estatal Petrobras. Fue excarcelado en febrero, pero durante la semana surgieron reportes de prensa según los cuales había llegado a un acuerdo de entregar el testimonio a cambio de una pena más leve.
Fuentes del máximo tribunal le confirmaron el martes a The Associated Press que el acuerdo con Amaral fue aceptado y publicado. El tribunal envió un enlace cibernético con el documento, que contiene más de 400 páginas.
En su testimonio, Amaral detalla acusaciones contra Rousseff, incluso de que ella sabía sobre una trama para comprar una refinería en Estados Unidos a un precio elevado. Dice además que Rousseff y el ex ministro de Justicia José Eduardo Cardozo designaron un juez a un importante tribunal con el fin de lograr la libertad de algunas figuras encarceladas en conexión con el caso Petrobras. El juez, Marcelo Navarro, fue aprobado por el Senado, pero no dejó en libertad a nadie vinculado con el caso.
Las acusaciones de Amaral son las primeras que involucran directamente a Rousseff en el esquema de corrupción. Ella he negado las acusaciones repetidamente.
El testimonio denuncia también que el ministro de educación Aloizio Mercadante, una figura cercana a Rousseff que fue secretario de la presidencia hasta hace poco, le advirtió a Amaral “que se quede tranquilo y que piense sobre la estrategia que usará” tras su detención el 25 de noviembre. El mensaje, en una grabación que fue entregada a las autoridades como parte del arreglo judicial, fue transmitido a Amaral cuando estaba preso, por vía de un asistente, quien dijo que Mercadante ofreció pagar por los costos judiciales “probablemente mediante compañías vinculadas al Partido de los Trabajadores”, según el testimonio. Amaral supuso que Mercadante estaba actuando como “emisario” de Rousseff.
En una conferencia de prensa el martes a la tarde, Mercadante admitió que habló con el asistente de Amaral, pero negó categóricamente haber ofrecido dinero ni haber intentado interferir en las investigaciones. Dijo que sintió pesar por la familia de Amaral tras su detención y que por “generosidad humana” habló con el asistente. Insistió en que Rousseff no sabía nada sobre la conversación, que fue “un gesto de solidaridad” ‘totalmente responsabilidad mía”.