Las Vegas, Nevada. El 2011 ha sido un año muy intenso, muy emotivo, pasional, de muchas recompensas al trabajo, un año de cosecha para la estrella colombiana Shakira.Puede ser que ver y escuchar a su padre William Mebarak cantarle “Mi niña bonita” haya provocado en Shakira una emoción muy intensa. Incomparable a cualquier otro momento de su carrera. Quizás esta haya sido la primera vez que a la popular artista colombiana se le haya visto llorar. No era para menos.
Franqueada por sus padres, Shakira recibió el pasado miércoles en esta ciudad el premio Persona del Año que otorga la Academia Latina de la Música en el marco del Grammy Latino. Una noche muy especial para la artista, sin duda, porque cuando una intérprete –aún joven como ella– ve desfilar por el escenario a figuras que alcanzaron el éxito y se ganaron el respeto del público y la crítica cuando ella aún era una niña, es cosa para soltar lágrimas y tratar de controlar el galopeante palpitar del corazón.
Shakira recibió el galardón de las manos de un Marc Anthony que estuvo reservado como la sorpresa de la noche. Y como siempre, al astro boricua no se le hizo fácil coordinar una idea coherente, pero externó palabras halagadoras para la colombiana.
“Muchas gracias por darme el honor de compartir esta noche contigo. Es un honor inmenso ‘because you did it your way’ (porque lo hiciste a tu manera). Eres una de las personas más especiales, más talentosas … Te vi crecer, vi tu tenacidad, tu talento, tu brillantez”, añadió el artista en inglés.
Lluvia de estrellas
Ese fue el final de una noche inolvidable. Pero al principio, por el escenario desfilaron las coquetonas y siempre espontáneas Alejandra Guzmán y Nathalia Jiménez, quienes con “Ciega sordomuda” dieron el pistoletazo de salida en este homenaje celebrado en el Mandalay Bay de Las Vegas.
Para la Guzmán, Shakira “es una gran mujer, ha logrado lo que yo he querido toda mi vida”. Luego, Cristian Castro y Vicentico interpretaron “Moscas en la casa”. No pasó un solo artista por el escenario sin que Shakira –sentada en una mesa al frente a la tarima– subiera al escenario para agradecer, con besos y abrazos, al artista de turno.
El uruguayo Jorge Drexler cantó “Devoción”, una canción que compuso Gustavo Cerati. Más intenso estuvo el “No” que le diera a Shakira Franco de Vita, con una penetrante interpretación que concluyó con palabras halagadoras por parte del cantautor: “Es un honor para mí estar cantando esta canción que me gusta en el alma… el único problema es que no la compuse yo”. Sus palabras generaron aplausos y risas no sólo de la homenajeada, sino también del público.
Pepe Aguilar, Gilberto Santa Rosa, Víctor Manuelle y Jorge Celedón, cantaron las melodías más movidas y alegres del homenaje. Tras su participación, se anunció la entrada del salsero puertorriqueño Marc Anthony, quien invitó a Shakira a subir al escenario para recibir el premio que hace unos años recibiera Juan Luis Guerra.
“Es un honor que no sé si realmente lo merezco”
“Las palabras no me alcanzan para expresar la emoción que siento. Esto no tiene precio para mí, es inolvidable”, dijo la artista. “Será una noche que llevaré siempre conmigo. Me siento feliz pero sobre todo honrada. Es un honor que realmente no sé si merezco”.
Cuando se tiene en el escenario a una artista de su estirpe, en un homenaje tan especial, en una noche por la que desfilaron estrellas insuperables de la música latina, pues sólo faltaba que la homenajeada soltara unos pasitos propios de su sangre caribeña, como toda barranquillera. Así, Shakira despidió la velada, cantando “En Barranquilla”, reafirmando que es la estrella latina más celebrada no sólo por los latinos, sino también por el resto del mundo.
