La última frase del filme del personaje de Benicio Del Toro es –“Deberías mudarte a una ciudad pequeña, te perderás ahí. No sobrevivirás aquí. No eres una loba, y esta es la tierra de los lobos ahora”. Y esa es la ambigua trinchera ideológica del filme, la de que no existe un mañana, no hay futuro más allá que lo que se ve hoy. Para esta tesis que reta la frustración de las instituciones, el filme se vale del setting cinematográfico en que se ha convertido el narcotráfico y el sicariato. Un setting excelente que aquí pierde potencia en lo narrativo por la lógica en la solución cliché de las escenas y la trama en general. Siempre cae en conclusiones maniqueas conformistas con lógica inconsistente y los giros no logran suspense. El principal fallo del guión es con el desarrollo de la historia que se apoya en machacadas preguntas de uno de los personajes a los mismos otros dos personajes desde que inicia la trama hasta el punto final sobre los procedimientos que hacen o los planes futuros (lo que puede ser interesante si es para desentrañar un caso determinado y donde importa más el personaje y sus motivaciones que la historia en sí). En este caso, el juego del diálogo desluce cualquier sorpresa y al final lo que vemos no causa impacto, pues lo que nos da es más información que trata de justificar el uso de la fuerza por la fuerza misma. En suma, la catarsis se diluye en mucho bla-bla-bla. Aun así, el filme se desarrolla con cierto encanto por el carisma de la actriz y los actores (Emily Blunt, Benicio Del Toro, Josh Brolin) que sobresalen a la calidad de sus personajes. La manipulación maniquea y estereotipada hace que el filme cojee, y lo único que lo salva es la constante exposición de la forma en que los personajes reaccionan unos con otros y consigo mismos y a sus propias respuestas al mundo descabellado del narcotráfico. Técnicamente el filme es perfecto, sobre todo en el uso de contrastes de planos que van de los close-up a tomas muy amplias que es especialidad de este director, asimismo el modo en que logra un montaje singular entre trama y subtramas sin dejar cabos sueltos. Un bello ejemplo de lo que es dirigir momentos cinematográficos de tensión.
HHH Dirección: Denis Villeneuve. Género:
Policial. Duración: 122 minutos
