El sistema provee

Todo el mundo lamenta las renuncias de jueces, cosa muy escasa en el pasado. Y modernamente sólo ocurría cuando un conflicto las hacía inevitables, por obligación, para guardar algunas formas. Ahora es como irse al paraíso del ancho mundo del…

Todo el mundo lamenta las renuncias de jueces, cosa muy escasa en el pasado. Y modernamente sólo ocurría cuando un conflicto las hacía inevitables, por obligación, para guardar algunas formas. Ahora es como irse al paraíso del ancho mundo del ejercicio privado de la profesión. Después de todo, a las autoridades no les queda más que conformarse con que detrás de una renuncia hay decenas, cientos, quizás miles de aspirantes. El sistema provee. Pero queda el ocre sabor por lo invertido en los talentos y la frustración entre quienes tienen las más altas responsabilidades. Esos no se pueden ir.

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