Sobre la JCE

Acostándose la paloma con lo de la selección en el Senado de los nuevos miembros de la Junta Central Electoral, me escribe por mail sobre el tema Carlos Valerio, desde Sabaneta. Lean ahí: “Ahora sí es verdad que los senadores tienen ante sí…

Acostándose la paloma con lo de la selección en el Senado de los nuevos miembros de la Junta Central Electoral, me escribe por mail sobre el tema Carlos Valerio, desde Sabaneta. Lean ahí: “Ahora sí es verdad que los senadores tienen ante sí un gran desafío: demostrarle a la sociedad que legislan para el verdadero servicio público, no para satisfacer intereses individuales y/o particulares. La selección de los nuevos miembros de la Junta es una nueva prueba de fuego para ellos (los legisladores), toda vez que la nación tiene su atención y ojos puestos en lo que decidirán. No soy de los que creen que echando leña al fuego, con las manidas denuncias de que las pasadas elecciones estuvieron plagadas de supuestas irregularidades nunca probadas, se podría conseguir enderezar posibles entuertos en el sistema de partidos y en la escogencia de nuestros gobernantes. ¡Nooo! Eso no es lo correcto. Si se van a señalar lunares en los procesos comiciales hay que apuntalarlos con evidencias no con decires, porque acogiéndonos a la verdad y a la razón, no hay por qué crucificar a la actual Junta por los errores que pudieron verse en el proceso reciente. La gran responsabilidad en la organización de los sufragios es de la Junta, ciertamente, pero los partidos políticos (muchos de los cuales hoy se tornan en críticos mordaces del sistema) tienen su gran culpa en lo malo que pueda haberse registrado en las elecciones. Hoy, sin embargo, el Senado tiene la gran oportunidad de seleccionar gente buena y capaz para seguir con la tarea de los que dejan el organismo. Y, eso sí, no debería menospreciar la experiencia y la limpia hoja de servicios de figuras como José Ángel Aquino y Rosario Graciano para que sigan ahí, aportando sus conocimientos y ecuanimidad. Para la presidencia de la institución, mi sesgo no me señala a otra persona que no sea el magistrado José Manuel Hernández Peguero. Con experiencia pública, ecuánime, prudente y que no se deja influenciar por sus preferencias partidarias a la hora de tomar decisiones. La palabra es del Senado”. Sin comentarios…

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