A una esquina del Parque Enriquillo en la capital existe una especie de tribu, donde conviven decenas de indigentes entre la basura y los escombros.El solar, abandonado desde hace más de 20 años en la intersección de la avenida México y la calle José Martí, en el sector de Villa Francisca, es una gran fosa usada como vertedero, donde los vecinos de los alrededores arrojan toda clase de desechos, animales muertos, y donde la dignidad humana se confunde con la inmundicia. “Ahí hasta personas muertas han aparecido”, afirmó Norma Pérez.
La señora, que reside en la quinta planta del edificio contiguo, señala que vivir allí se ha vuelto insoportable por el hedor que desprenden los desperdicios y la presencia de ratas, moscas y demás insectos que provienen del insalubre ambiente.
Pero no sólo eso. Los vecinos aseguran que el lugar se ha convertido en un refugio para piperos, traficantes de drogas y atracadores que aprovechan el espacio para cometer sus fechorías.
“Después de las nueve de la noche, aquí nadie se atreve a bajar y a los pasajeros que llegan de Bávaro a esa parada que está ahí, le quitan todo, porque están armados con puñales y cuchillos”, dijo un hombre que prefirió mantener su nombre en el anonimato.
Sexo al aire libre
La promiscuidad también constituye un problema para los vecinos, principalmente para los menores, que desde sus casas observan cómo los indigentes practican relaciones sexuales a plena luz del día. “A cada rato uno ve a los viciosos que se ponen a hacer sus vagabunderías a plena luz del día, donde lo ven los niños, esto no es posible”, afirmó visiblemente indignada Norma Pérez.
Tomás Báez, dirigente del club San Lázaro, agregó que los indigentes constantemente provocan incendios en el lugar y que los bomberos han desistido de acudir a sofocarlos por la frecuencia en que ocurren.
Los residentes en el edificio dijeron que frecuentemente les despojan de las bombas ladronas cuando las conectan en el pequeño pasillo que da al solar. “Se han llevado como 20 bombas ladronas, los tubos, todo, ya no aguantamos más”, afirmó Ana Castillo.
De su lado, Simón Martínez aseguró que el Ayuntamiento del Distrito Nacional rara vez ha ido a limpiar el solar. “Mire cómo está la basura, los camiones no quieren recoger todo eso, yo a veces es que cojo un palo para que se vaya el agua cuando llueve”.
Las 24 familias que residen en el edificio están con el grito al cielo y pidieron a las autoridades buscar una solución lo más rápido posible al problema.
Vecinos dicen que solar es propiedad del Estado
La mayoría de los moradores del sector dijeron que hace 20 años, cuando el entonces presidente Joaquín Balaguer entregó los apartamentos, el solar quedó vacío y posteriormente fue vendido al desaparecido banco Baninter, y que tras quebrar pasó a Bienes Nacionales. “Nosotros pensábamos que ahí iban a poner un hospital, que nos hace falta, pero mire lo que nos han dejado”, se quejó Simón Martínez. Otros como Norma Pérez sugirió construir otro edificio para alojar a 175 familias que fueron desalojadas.
