A son del nuevo año

Este periodo que concluyó con la llegada del nuevo año, es siempre propicio para que aquellos que nos quedamos en Santo Domingo, disfrutemos de la tranquilidad de la ciudad. Es una experiencia muy grata recorrer las calles de la Zona Colonial y…

Este periodo que concluyó con la llegada del nuevo año, es siempre propicio para que aquellos que nos quedamos en Santo Domingo, disfrutemos de la tranquilidad de la ciudad. Es una experiencia muy grata recorrer las calles de la Zona Colonial y desde sus antiguos edificios y museos, pasar horas expuestos al transcurrir de la historia dominicana. En las ruinas de San Francisco, domingo por la tarde, la alegría se ve reflejada en cientos de rostros, que al ritmo del son, muy bien interpretado por el grupo Bonyé, ven pasar rápidamente el  tiempo entre bailes y buenas pláticas.

“Qué le pasa al buen vecino, me está tratando con saña, por un precio muy mezquino, quiere comer mucha caña, San Antonio…”, se escucha este contagioso son cubano y la gente no para de bailar. En tanto, en esta entretenida fiesta popular, algo llamó mi atención.  Los organizadores dedicaron un espacio para hacer un homenaje a la bandera y resaltar la dominicanidad. Me pareció muy bueno que en medio de la diversión, se sacara un momento para hablar de lo que somos y lo que ha costado construir la democracia. Solo espero que este sentir, no se deje confundir por la campaña de manipulación de sectores que intentan vender la idea de que la patria está en peligro.

A diferencia de la etapa de la fundación de la República, o la del periodo de las invasiones norteamericanas de principios y mediados del siglo pasado, en la actualidad no existen amenazas externas contra el territorio dominicano. Las grandes amenazas, que atentan contra la estabilidad del país, las encontramos internamente. Manifestar amor por la patria hoy, es exigir una profunda transformación de las estructuras sociales y económicas que mantienen en la miseria a tantos dominicanos y dominicanas. La pobreza y la desigualdad en la distribución del ingreso, es la principal amenaza en nuestra sociedad.  Duarte, Luperón, Manolo y Minerva, no lucharon para que políticos corruptos ejercieran el poder para enriquecerse a costa del pueblo, otra amenaza.

Moverse al son del nuevo año, implica que no sean otros, la derecha extrema, los que escojan la música que debemos bailar. Los temas centrales, que amenazan al país y a los que se les debe dar respuesta, ya han sido definidos. Una mayor seguridad ciudadana, un efectivo respeto de los derechos fundamentales de la gente y una actividad política basada en principios éticos, deben ser los aspectos relevantes en la discusión y la práctica de los actores políticos. Es tiempo de avanzar en esa dirección.  “Ay Miranda, tiene caña quemá, al Palmarito…”.

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